19. Blanco

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19. Blanco

Ahora si, las cosas serían mucho más fáciles. Después de la muerte de su padre en las manos de ese médico asesino, su vida se basó exclusivamente a buscar a aquel farsante. Las cosas no quedarían en la impunidad, si las leyes no podían hacer nada para castigar a ese monstruo, él lo haría con sus propias manos.

Y cuando pensó que conseguiría vengarse, se entera que el doctor había huido a Seúl, que había tenido un accidente y que estaba en el hospital. Cuando fue a donde le habían informado, para su sorpresa, ya no constaba como paciente sino como médico. No lo podía creer, abandonó el pueblo, arruinando su familia y ahora estaba en un mejor puesto, con un mejor sueldo, en una ciudad grande, disfrutando de la vida.

Pero no por mucho.

* *

Baekhyun llega, temprano en la mañana, y se pone su bata mientras recuerda lo que ha pasado el día anterior. Después de el terrible malentendido con el Dr. Lee y Chanyeol retirándose, no lo había visto ese día ni el fin de semana. Fueron dos días increíblemente largos, ya que literalmente no tenía a nadie con quién pasarlos. Baekhyun hizo compras, hizo la limpieza, arregló un poco todo y todavía le sobraban demasiadas horas hasta regresar al trabajo. Como todavía no tenía cirugías asignadas, no tenía pacientes propios y su horario no estaba definido, no fue solicitado por todo el fin de semana y para ser sincero, se aburrió. Hasta que a Lee Jonghyun se le ocurrió aparecer en su casa a eso de las seis de la tarde del domingo con vino, comida deliciosa, ropa elegante, colonia varonil y una sonrisa imposible de resistir.

Y aún así, con todos los encantos, los detalles, las bromas y el buen tiempo que son capaces de pasar juntos, Baekhyun no podía evitar pensar que no sentía ni un poquito de interés por Lee Jonghyun. Sí, era alto, guapo, atractivo, tenía un buen trabajo y demostraba ser un hombre centrado y agradable. ¿Pero qué conseguía con eso? Sólo compararlo con Chanyeol. Éste era más alto, más guapo, más atractivo, tenía el mismo buen trabajo y hacía gala de lo buen hombre y agradable, amistoso, caritativo y genial hombre que podía ser.

Si Chanyeol hubiera visto esa cita prácticamente forzada ¿qué hubiera dicho? ¿qué hubiera hecho? ¿Se hubiera retirado con el ceño fruncido y los dientes apretados como siempre? Y Baekhyun despidió a su invitado-no invitado cerrando la puerta tras él para recostarse en la esquina de uno de los sofás de su habitación, llorando hasta tener sed por tal deshidratación. Chanyeol lo había dejado ir, lo había abandonado y sería así para siempre. No importa que hiciera, si aceptaba o se negaba a los encantos de Jonghyun, eso no le haría volver, por eso no tenía caso. Y verlo todo el tiempo hacía que lo quisiera aún más, más que cuando soñaba con él y lo tenía lejos, más que cuando tuvo la terrible idea de dejarlo.

Habían pasado años ¡años! y Baekhyun todavía sentía su respiración y sus latidos acelerarse, sentía como se ahogaba intentando expresar con palabras lo que sentía con su cuerpo. Este sentimiento ya se había convertido en un veneno, uno de esos de los que no hay como escapar. Sabía que le hacía mal, pero ya recorría su sangre esparciéndose por doquier.

Los pensamientos en su cabeza le frustraron, y ahí en la oficina, se sentó en su escritorio, golpeando la cabeza repetidamente contra la madera, como terapia para olvidar su desastrosa situación.

-Lo que sea que hayas hecho mal, la mesa no tiene la culpa- Baekhyun alzó la vista y miró al gigante, con una linda fila de dientes expuesta sólo para él. -¿Qué has hecho que estás tan preocupado?- quiso saber.

-Hola- fue lo que respondió Baekhyun, forzándose a devolver la sonrisa, como si no se hubiera pasado gran parte de la noche sollozando sólo por recordarlo.

Mihane, Usai (Chanbaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora