ojos azules

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Cuando abrí los ojos, me encontré con unos ojos azules, más profundos que el mar. Los conocía mejor que nadie. Era él, Kilian.

-Definitivamente deberías fijarte por donde vas Kavanna- siempre con su tono engreído, aunque esta vez tenía una extraña sonrisa.
- Definitivamente - respondí perdida en sus ojos, el soltó una carcajada - Em... Bueno podrías salir de encima mio no?- volví a escuchar su estruendosa risa
- Si te encanta que lo este- Volvió a ponerse serio. Me ayudó a levantar. - Me voy. Deberías tener cuidado.
-Gracias - Se fue sin decir más nada. Yo seguí mi camino. Ahora mi mente sólo viajaba en él y sus ojos azules.

Llegue a la oficina de papá. Era bella, desde niña me había gustado estar aquí. Saludé a la recepcionista y pasé a la oficina. Cuando entré él  me miraba raro, como si algo quisiera decirme.

-Pasó algo? - solté sin más.
- Si verás, estoy saliendo con alguien y quería presentartela. - Me quede callada unos minutos. Está bien que comience un vez más algo con alguien. Había estado solo desde que mamá había fallecido.
- Está bien- Me miró sorprendido, como si hubiera esperado algún tipo de berrinche.
- Bueno, hoy vamos a cenar, en el center club.- bueno a ese lugar si lo odiaba. Ahí iban todas las personas de la high society .
- No había algún lugar mejor? - Pregunte algo fastidiada.
- No. Ahora puedes irte. - Si así de cariñoso era mi papá, al menos conmigo.

Pase toda la tarde pensando que me iba a poner. Y de vez en vez aparecían esos ojos azules como flashes.
Bueno concentremonos en esta noche. Vamos a ver...

Creo que así estaría perfecta.

Eran las 20:00 pm cuando mi padre pasó por mi, para luego ir a la cena

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Eran las 20:00 pm cuando mi padre pasó por mi, para luego ir a la cena.
Quería conocer a la persona que había encendido el amor de mi padre. No esperaba que se pasara toda su vida en luto. Habían pasado ya tres años.
Al llegar al Center club una chica de unos 28 o 29 años nos atendió, era la recepcionista.
-Tenemos una reservación para tres a nombre de Kavanna- le dijo mi padre, casi sin ser cortés. Eso me molestaba mucho de él, acaso era tan difícil decir: buenos dias, tardes o noche? Rodé los ojos algo cansada de la actitud de mi padre.
-Siganme por aquí, por favor- respondió la señorita y nos comenzó a guiar a una de las tantas mesa. Si me preguntan, nunca me gustó este lugar. Antes cada fin de semana, veníamos a almorzar o cenar. Era una tradición familiar, a mamá le encantaba.

Nos sentamos a esperar a que llegará la conquista de papá. En eso, me entretuve mirando a las personas, todos vestidos con ropa de alta costura, con buenos modales. Seguro eran empresarios. Pero sentí una mirada en mi. Me estaba erizando la piel, gire en distintas direcciones para ver si encontraba al causante y nuevamente vi esos ojos azules. ¿Pero es que acaso me estaba siguiendo? Justo en eso mi papá me habló para decirme que ahí llegaba su novia.

-Arlet, ella es  Chantal, la mujer que te quería presentar, es mi novia y comprometida -habló con determinación mi padre. Pero qué?! O  sea, está bien que conozca gente, pero casarse? Así tan pronto?.
-Hola Chantal- La salude con dos besos. Ella era muy elegante, se notaba que tenía clase.
-Arlet, eres hermosa, he escuchado hablar tanto de ti- me dedicó una sonrisa y nos sentamos.
Ordenamos la cena y nos sumergimos en una conversación, que fluia de lo mas bien. Mi padre está realmente contento.
-Tienes alguna pasión Arlet?- me pregunto de repente Chantal. Mire a mi padre, sabía que no le gustaba que toque mucho el tema, pero ella había preguntado.
-Realmente no Chantal. Anteriormente bailaba, pero tras haber fallecido mamá, lo dejé- Chantal  me miró apenada.
-Lo siento, no sabía- se disculpó. En realidad no tenía la culpa.
-Oh no, no te disculpes, es que tu no lo sabías. No te vayas a sentir mal o algo así. Sólo pasó y ya- Le dije tratando de que no se sintiera incómoda, pero la que realmente se sentía mal era yo. Le había prometido a mamá que jamás, pero jamás dejaría de bailar. Ella me había apoyado en todo, pero ya no estaba y yo no le veía caso a seguir.
-Bueno... mejor cuentame, estas de novia?- trato de soñar maja, pero es que está tía no tenía suerte con las preguntas.
-Em... verás- no quería que se sintiera mal de nuevo- Lo hemos dejado hace unos días- trate de sonar como si realmente el tema no me doliera o importará.
-Lo siento, de nuevo - se volvió a disculpar - pero es que está noche no he pegado ni una sola pregunta- solté una risita, me había dado gracia su forma de quejarse de su mala suerte.
-No te preocupes, es que son preguntas comunes que supongo hace la gente, pero es que yo he tenido la mala suerte de terminar con mi novio y tú de tan solo preguntar- comenzamos a reír. Mire a mi padre, se notaba relajado. Es que Chantal me caía genial.
-Hija y como te está yendo en la Universidad? - quizás para cambiar de tema o que se yo.
-Nada fuera de lo común. Realmente me va bien.- no tenía mucho que comentar. Y no le iba a decir que Kilian era mi compañero. Ni que Jackson salía con Ruiri.
-Y que es lo que estudias?- Me pregunto Chantal.
-Literatura inglesa- me quedo mirando, pareciera como si no lo pudiera creer- Am... algo en lo que me divierto mucho, me gustar leer y escribir algunas cosas. Y quizás el día de mañana enseñe o quizás escriba un libro. No lo sé-  dije sonando realmente despreocupada. - Y tu Chantal, a que te dedicas?- era hora de saber de ella.
- Tengo una agencia de modelaje- oh eso era genial. Amaba el modelaje y la moda. - Tu serías genial para una pasarela.- solté una carcajada, mi padre me miró enojado, seguro que pensó que me burlaba de ella, pero en realidad me burlaba de mi.
-No lo creo- dije aún entre risitas- es que mira, tengo un metro cincuenta y creo que una modelo necesita más de un metro setenta- Chantal comenzó a reír junto con mi padre, que ahora entendia el porque de mi risa.
-Pues verás, no hay nada que unos zapatos de taco no puedan solucionar. - Chantal era agradable. Era increíble, o al menos lo poco que iba conociendo. Quizás le saque un poco lo cascarrabias a mi padre y lo traiga de nuevo a la juventud.
-Con permiso, debo ir al tocador- informe para levantarme luego.
Hice mis necesidades, y es que andaba en esos dias. Me retoque el maquillaje un poco y acomode mi pelo. Cuando salí del baño, de la otra puerta, es decir, del baño de hombres, salía Kilian.
-Otra vez tu- no sabía si lo decía enojado o si intentaba ser agradable a su manera. La manera de Kilian.
- Sí, yo de nuevo. Pero es que me estás siguiendo o algo así?-  pregunte en su mismo tono. Seguido de eso, se cruzó de brazos y me miró con una sonrisa de lado.
- Es lo que más quisieras Al- soltó una risita y se fue. Me quedé mirandolo un momento, para luego girar y volver a mi mesa.
Me senté en mi lugar, pero sin estar ahí. Me quedé pensando en como me había llamado, Al. Así me decía cuando éramos niños. Arlet, era lindo pero algo difícil de pronunciar, entonces él sólo me llamaba Al.
-Arlet- me llamo mi padre- estas bien?-  lo mire unos segundo para contestar.
- Sí, perdón. Es que me quedé pensando en una cosa- no iba a decirle que los Arset estaban aquí, se pondría histérico.

La velada siguió un poco más. El tiempo se fue en charlas arbitrarias, algunas con risas y otras no tanto. Mi padre hablo de algunos negocios, lo cual era sumamente aburrido, o al menos para mi. Pero todo lo bueno llega a su final, así que llevamos a Chantal a su casa, para seguir el camino a la nuestra. En todo el camino sólo había pensado en esos ojos azules que me habían hipnotizado y tenían un solo dueño, Kilian Arset.

Quédate Conmigo [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora