La Carta

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Kilian P.O.V

No era una nota, más bien era una carta. Me senté en el sillón y comencé a leerla.

Kilian:
No se por donde empezar. No es que sea una cobarde o bueno quizás si, pero no estoy preparada. Tengo miedo, no quiero volver a sufrir, si todo sucede no quiero que termines por irte porque al final de todo te has cansado de mi. No sería capaz de soportarlo, no perderte de nuevo. Tengo miedo. Al final, las personas que más quiero terminan lejos de mi o me defraudan. No estoy lista para amar. Hay heridas que no cierran y no quiero hacerte cargo de ellas.
No te preocupes para un par de días estaré de nuevo en el departamento, eh salido porque quería estar un tiempo sola. Había pensado en volver con mi padre, pero tampoco soy lo suficientemente capaz, y ahí te comento que si es por cobardía. Ya sabes que el tomaría como traición que yo siguiera a tu lado.
Besos. Arlet.

Entonces, si le gustó a Arlet? Esto me había dejado confundido. Me quedé ahí, tumbado en el sillón con el pedazo de papel todavía en mis manos. Intente llamarla, pero su teléfono daba fuera de área nuevamente. Donde estará?. Pase una mano por mi cara con notable frustración.
Pasada una hora decidí irme, no volvería hoy, así que no había caso que espere.

Arlet' s P.O.V

Estaba de camino a una casa de campo de mis padres fuera de la ciudad. Creo que sería el lugar perfecto para pasar un par de días.

Llegué, no habían muchas casas al rededor. Sólo nosotros y un par de vecinos.
Cuando abrí la puerta note que todo está como lo habíamos dejado. No habíamos vuelto desde que mi mamá murió. Pero lo raro era que todo estaba limpio. Seguro me padre mandaba a hacerle mantenimiento cada tanto.
Me dirigí a mi cuarto y deje mis cosas en su lugar, y luego de eso fui a la cocina, moría de hambre, seguro hay algo para hacer o quizás no. Y bueno como lo había pensado no había mucho, sólo un par de enlatados y pastas secas. Bueno tendré que improvisar, mañana iré al mercadito que está en el pueblo unos kilómetros más adelante.

Amaba la paz de este lugar. No había ruido, sólo sonidos de animales, la brisa del viento contra los árboles. Era lo que necesitaba. Ya era tarde y estaba refrescando mucho, fui por un suéter, pero la puerta del cuarto de mis padres llamo mi atención. Abrí lentamente y me quedé parada mirando, un fuerte perfume a rosas inundó mi nariz. Mi mamá amaba las rosas. Cerré los ojos, tratando de imaginarmela,  tratando de escuchar su voz, pero ya no la recordaba. Una lágrima se deslizó por mi mejilla, y luego muchas más. No podía recordar a mi mamá y eso me dolía. La necesitaba más que nunca, necesitaba sus abrazos y que sea mi cómplice. Siempre me ayudaba a molestar a Kilian. Ella era como una amiga, en ella podía confiar ciegamente. No paraba de llorar.
Me acerqué a la mesita de luz, que estaba al lado de la cama. Había visto un poeta retrato. Era una foto de nosotras dos sentadas bajo la sombra de un árbol, y entre sus piernas, mientras ella me hacía una trenza. No debí haber tenido más de diez años. Ni siquiera recordaba está foto. No recuerdo ni cuando fue. Más lágrimas caían. Deje la foto en su lugar y decidí ir a dormir.

Pasaron dos días y pensé que era momento de volver, así que tome mis cosas y emprendi el camino a casa.
Dos horas después, cuando finalmente había llegado. Subí al departamento y cuando abrí la puerta me encontre con algunas cosas fueras de lugar. Pensé que quizás yo lo había dejado así, así que fui a mi cuarto, pero me encontré con un Kilian, con el torzo desnudo y una toalla que envolvía su parte baja. Me quedé simplemente de boca abierta. No era lo que esperaba al llegar a casa.

-una foto duraría más. Creo que ya lo había dicho en algún momento- rodé los ojos y el puso su sonrisa de ganador.
-Que haces aquí?-  dije lo mas seca posible. Creí que había sido clara, lo quería lejos de mi vida.
-después de todo este es mi departamento, No?-  Estaba en lo cierto, entonces agarre mi valija y decidí que me iría de aquí, aunque sea a un hotel, después alquilaria algún departamento.
- A donde Vas?-  Me sostuvo por la muñeca, no fui capaz de avanzar ni un paso más.
- Supongo qie fuera de tu departamento- lo mire sin ninguna expresión en mi cara.
- Dije que podías quedarte aquí. - solté un suspiro, baje la cabeza para poner la mirada más gélida que alguien pudiera haber imaginado.
- Creo que dejé claro que no quería verte, y no puedo estar aquí si sigues dando vuelta y entras cuando quieres.- el soltó mi muñeca y se quedó mirándome serio, había tomado la misma postura que yo. Ninguna expresión pasó por su cara.
- Bien, vete. Pero asegúrate de no regresar. Ya no habrán segundas oportunidades Kavanna- dolió como mil demonios, pero tenía que ser fuerte. Tome mi valija de nuevo y me fui sin decir ni una palabra mas.

Quédate Conmigo [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora