4. Nunca Jamás

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"La segunda a la derecha y todo recto hasta el amanecer".

Por fin llegaron a Nunca Jamás. Emma puso los pies en la tierra; no quería volar, no se le daba bien. Para ella era muy difícil mantener el pensamiento en cosas bonitas. Y era un alivio estar pisando tierra firme.

La chica miró a su alrededor emocionada.

—¡Estoy pistando el suelo de Nunca Jamás! ¡Qué guay! —empezó a decir con emoción.

Luego fue hacia una flor la olió y dijo:

—¡Y ahora estoy oliendo una flor de Nunca Jamás! ¡Esto es genial!

Y, acto seguido, empezó a reírse mientras miraba todo a su alrededor, haciendo comentarios increíbles de cosas insignificantes.

—Anda vamos —dijo Peter cogiéndola de la mano y haciéndola volar de nuevo.

—¿Eh? ¡No, no, no, no, no! —suplicó Emma, sin conseguir nada y soltó un chillido que se escuchó por toda la isla, mientras Peter se reía de ella.

Cuando por fin la bajó, junto al refugio de los Niños Perdidos, se levantó, le cogió de las cuerdas vegetales que adornaban su pecho, ya que no tenía solapas, y le dirigió una mirada de advertencia mientras decía:

—¡Ni se te ocurra volver a hacer eso, Pancake!

—¿No querías venir a Nunca Jamás? Bueno, pues este es el centro de Nunca Jamás, Wendy —respondió Peter aún sin separarse.

¿Aún creía que se llamaba Wendy? No lo entendía.

—¡No vuelvas a hacerlo! —volvió a advertirle Emma y, acto seguido, le soltó.

Peter hizo su, más que conocido, graznido para llamar a los Niños Perdidos, que aparecieron de inmediato, saliendo de la casa del árbol.

Ahora que lo pensaba. ¿Los Niños Perdidos no se habían quedado con Wendy? Y entonces recordó que todos los niños que no fuesen reclamados irían al país de Nunca Jamás. Estos serían los nuevos Niños Perdidos.

Los niños saludaron a Peter y él se dispuso a presentar a la chica que venía con él.

—Ésta es Wendy —Emma rodó los ojos—, y será nuestra nueva madre.

—Ah —dijo la chica, sin darse cuenta de lo que el Pancake acababa de decir, pero cuando lo entendió no ocultó su sorpresa—. ¡¿Qué?!

Los niños empezaron a gritar de alegría, mientras que Emma se quedó en shock. ¿Madre? ¿Ella?

—Lo pasaremos genial —decía uno.

—Podrás arreglarnos la ropa —dijo otro.

—Y cocinar y...

—¡Eh! ¡Parad el carro! No voy a hacer nada de eso y tampoco voy a ser la madre de nadie.

Todos se quedaron mirando a Emma con cara de sorpresa y, luego, estallaron en carcajadas confundiendo a la chica.

—¡Qué bueno! Por un momento creí que lo decías en serio —dijo Peter entre risas.

—Voy muy en serio. No vine a Nunca Jamás para eso, vine para poder divertirme y ver esta maravilla de país —explicó Emma.

—Y te divertirás. Jugaremos a papás y a mamás. Si no quieres ser mamá puedes ser una Niña Perdida. Deberás jugar y obedecerme como tú líder —dijo Peter—. ¿Sabes qué? Medítalo y durante el banquete me lo dices.

Emma se rio internamente. ¿De verdad el Pancake pensaba que ella iba a estar bajo sus órdenes? Precisamente por eso se escapó, para poder ser libre.

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Nos leemos :)

Peter Pan y el Corazón del León #Worlds2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora