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La barriga de San ya se notaba bastante, con sus seis meses de embarazo parecía una pelota de fútbol, palabras dichas por el mismo.

— Te ves precioso — Wooyoung le sonrió, abrazándolo por la espalda — Demasiado precioso.

Las mejillas de San tomaron color, mordiéndose el labio levemente.

— ¿Tu crees?

— Por supuesto — asintió, besandole la mejilla.

Se separo de él para terminar de acomodar su traje para poder ir a trabajar. San solo se le quedo mirando, un puchero formándose en su rostro.

— ¿Hoy si llegaras temprano? — preguntó, ladeando la cabeza.

Wooyoung termino de anudarse la corbata y arreglo su cabello.

— Eso espero — confesó — Últimamente los socios de Tailandia andan arruinando mi paciencia y esta un poco estresante — bufo, rodando los ojos — Pero tratare de llegar temprano.

San se acerco a él, masajeandole los hombros con delicadeza.

— ¿Mucho trabajo?

— Demasiado, es horrible — asintió, cerrando los ojos — Los socios de Seul quieren extender el negocio a todo el continente pero hay varios que no están de acuerdo.

— Tu puedes con ellos — su prometido lo alentó, besandole la barbilla.

— Tendré esos peces gordos en mi pecera, ya verás — asintió, inclinándose y besandole los labios.

°°°

— Si extendemos el comercio por toda Asia, eso implicaría mas ingresos para cada trabajador — Wooyoung explicó, extendiendo un plano encima de la mesa de juntas — En Shangai y Bangkok hay buenas referencias para crear pequeñas sedes que sustenten el proyecto.

Todos los hombres asintieron estando de acuerdo con él, suspiro satisfecho, las cosas iban como el quería.

— A mi me gustaría involucrar a mi hijo en el proyecto — Kang Daniel levanto la mano, uno de los socios con mas acciones en la compañía.

Wooyoung estuvo a punto de rodar los ojos. Un niño rico que no sabe hacer nada, seguro, pensó.

— ¿Y quien es su hijo? — pregunto con respeto, asintiendo en su dirección.

La puerta se abrió revelando a un muchacho, demasiado joven.

— Él es Kang Yeosang — Daniel sonrió, haciéndole señas a su hijo para que se acercara.

La boca de Wooyoung se abrió considerablemente, observando al chico sonreír y dirigirse hasta él.

— Un gusto — extendió la mano profesionalmente, a lo que el la tomo entre las suyas.

— Jung Wooyoung — se presentó, aunque era demasiado absurdo, ellos ya se conocían, ¡Él hizo llorar a su Sannie! pero no podía armar un escándalo en la oficina.

— Kang Yeosang — sonrió, levantando una ceja.

Wooyoung apretó mas su mano, haciendo que el chico hiciera una leve mueca.

— ¿Algo mas que quieran discutir? — preguntó, ignorando totalmente al chico a su lado.

Varios murmureos se oyeron en la habitación, los hombres hablando entre ellos, hasta que uno de ellos levanto la mano.

— Dígame, señor Kim.

— Usted tiene pensado extender el comercio a pequeñas sedes en Shangai y Bangkok ¿y después que?

¿¡UN QUÉ!? (WOOSAN) (MPREG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora