11.

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San se la pasó toda la tarde sollozando en el sofá, mientras Wooyoung lo oía en la habitación, mirando al techo.

Quería lazarse de un puente, quería tomar una pistola y meterse un tiro en la frente, quería hacer tantas cosas, pero su cuerpo y mente simplemente no reaccionaban, miraba un punto sin expresión alguna, con la mirada vacía.

Es entonces cuando la puerta de la habitación es azotada y un San con la nariz roja al igual que sus ojos entra furioso.

— ¡Tú no puedes hacerme esto! — grita, mirándolo a través de sus lágrimas — ¡Es tu maldita responsabilidad también!

Wooyoung se levanta, mirándolo seriamente.

— Sabias que no quería tener un hijo — dice, tratando de controlarse y no comenzar a gritar de nuevo — Y tú no te cuidaste.

— Tú tampoco te cuidaste — llora, queriendo golpearlo — No todo es mi maldita culpa.

— Deja de decir groserías — Wooyoung se exaspera, sabe que perderá la paciencia rápido — Yo no sabía que tú, un hombre, podía embarazarse.

Las lágrimas siguen descendiendo por las mejillas de San, su pequeño cuerpo tiembla.

— ¡Te odio! — grita.

Y se arrepiente al instante de ello.

Wooyoung solo lo mira, su rostro neutro, son las mismas palabras que usaron su madre y padre cuando lo corrieron de la casa, cuando lo desheredaron, cuando le gritaron la porquería que era.

— Wooyoung , y-yo, lo siento — tartamudea, demasiado asustado.

Él sabe que fue lejos con eso, él sabe por lo que ha tenido que pasar Wooyoung, por las humillaciones que paso.

— Está bien, comprendo — es lo que dice, agarrándose el cabello — Sabía que alguien nunca podría amarme.

Y a su mente llegan todos los gritos por parte de sus padres, los golpes que recibió, las mismas palabras de siempre:

¡Nadie te va a querer por ser un jodido marica!

Sin darse cuenta, su cuerpo está temblando, recuerdos de esa noche llegando a su mente.

Y no puede soportarlo más.

— Solo quiero que me digas porque no quieres un hijo —  San solloza, agarrándose del marco de la puerta.

Wooyoung lo mira, su respiración agitada.

— ¿Sabes porque no quiero tener un hijo? — pregunta después de un rato.

San solo niega. Sollozando en silencio.

— ¡Por que hace cinco años iba a tener uno y murió por mi culpa! — grita demasiado desesperado, rompiéndose en sollozos. 

¿¡UN QUÉ!? (WOOSAN) (MPREG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora