Capitulo 10: Amigos y ¿beso?

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Había pasado ya una semana desde que se había dictado sentencia a Lina me sentía feliz por haber hecho justicia a mi querido hermano, una parte de mi plan ya estaba listo ahora faltaba la que más trabajo me había dado idear y ese era mi juego en donde André Prago era mi principal actor. Me encontraba en el jardín de mi casa descansando después de unas tres horas de surf.

- Anastasia, deberías darte un baño. - me dice mi mejor amigo.

- Gabrielle, solo fui a surfear un rato no huelo tan mal. - le digo oliendo mi cuerpo.

- Sabes que te amo y que te he visto en peores situaciones, pero realmente surfeaste por horas y hueles a sal medio quemada.

- Eres un grosero Gab, yo te he aguantado el olor a pescado cuando vas a nadar con tus amados tiburones y no se diga cuando terminas de tener.... - me corta

- Ya entendí, entonces no me dejas más opción. - me tomo de las piernas y me puso en su hombro para lanzarme a la piscina.

- Gabrielle Macklaren, tu maldito hombre de esta no te salvas. - le digo saliendo y tomando la pistola de agua. - Esto es guerra.

- Anastasia, no te atrevas, tengo una sesión de fotos en menos de dos horas.

- Te has vuelto aburrido desde que tu fama subió. - le digo tomando mi pistola y caminando a recostarme una vez más.

- Tu no dijiste eso.

- Lo dije y lo afirmo, señor aburrido, anda vete a tu sesión de fotos, firma de autógrafos y tus compromisos elegantes. - le digo colocándome los lentes de sol y dándole la espalda.

- Tú lo pediste nena.

No entendí lo que quiso decir hasta que sentí un líquido frió recorriendo mi espalda, gire a verlo y tenía una pistola en la mano, me gire ignorándolo porque tenía que aparentar estar molesta por haberse portado como una princesa.

- Oh vamos, no estés molesta sigo siendo el mismo Gabrielle.

- SI claro, el mismo, igual que el mismo tono de cabello de esa morena que salió de tu recamara esta mañana.

- ¿Morena?, espera acaso no era rubia, no espera estoy seguro que era pelirroja o esas fueron ayer no lo recuerdo muy bien. - y el maldito se quedó seriamente pensando en quién diablos había pasado por su cama en esta semana.

- Eres un asco Macklaren, tal vez debo empezar a llevar un registro de visitas a tu cama.

- Sabes que nunca lo hago en la cama, eso es para personas que verdaderamente amo. - y entonces me mira haciéndome recordar ese día en que ambos tuvimos un desliz. Esa fue una noche en donde ambos estábamos bastante tomados y terminamos acostándonos, también fue cuando me confeso que nunca había tenido sexo con alguien en su cama.

- Esto se puso incómodo. - le digo tomando un mechón de mi cabello y comenzando a girarlo.

- Tienes razón, esta noche solo estábamos demasiados tomados.

- Sí, eso está claro.

- Entonces mejor me voy, no creo regresar a casa hoy. Cuídate.

- Espera, Gab. - le grito antes de que se marche, no quiero que esta situación se quede incomoda, nosotros somos inseparables y no iba a cambiar por esto. - te dije que esto era guerra, celebridad. - y antes de que entendiera a que me refería tome la pistola y le dispare.

- Anastasia. - diablos estoy en problemas esa es su voz de te voy a torturar y matar.

- Eh, lo lamento, creo. - le digo intentando buscar una salida.

- Esto es guerra, enana.

Y así es como empezó nuestra guerra de agua por todo el patio trasero, Gabrielle ya estaba más que empapado tanto que la ropa le había comenzado a pesar al momento de correr y se fue desnudando mientras más avanzaba el juego quedando solo en bóxer, necesitaba recargar mi pistola y el agua más cerca de mí era la de la piscina, pero cuando corría hacia ella para tener más municiones mi pie resbalo. Solo note como antes de caer unos brazos me rodearon evitando que mi trasero sufriera las consecuencias de mi torpeza.

- Nunca cambiaras, a pesar de todos estos años sigues siendo una torpe.

- Oye no es mi culpa, tu dejaste tu maldito zapato en ese lugar. - y fue cuando alce mi mirada, mis labios quedaron a unos centímetros de los suyos. Esto no puede estar pasando de nuevo.

- Alguien me puede explicar que está pasando aquí. - dijo una nueva voz.

Los dos volteamos y la persona que menos esperábamos estaba viéndonos con ojos de coraje. Estábamos en serios problemas y no íbamos a salir fácil de esta.

Last GameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora