Prologo: Primer juego

113 2 1
                                    

Me giré para verlo, tome aire y me prepare para decirlo.

- André, ayer me desmaye y no escuche tu explicación, harías todo por reconquistarme eso mencionaste ¿era verdad?

- Lo es, ¿esta vez me escucharas Anastasia?

Yo realmente quería saber el porqué de su traición, pero no podía dejarme manipular por sus palabras y abandonar el juego que tanto tiempo me costó idear.

- En realidad, solo quería confirmar que estás dispuesto a reconquistarme. - Me cruce de brazos, con la mirada y voz seria mencione lo siguiente. - Hagamos un juego, donde la apuesta será peligrosa.

- ¿De qué trata tu juego? - me respondió cruzándose de brazos.

- Primero debes saber que en esta apuesta perderemos lo más valioso y peligroso que poseemos.

- Y eso es .... - contesto levantado una ceja.

- Algo que decida el vencedor y nuestro corazón.

- ¿Quieres decir que vamos a jugar para enamorarnos?

- Así es, la diferencia es que yo conozco tus gustos y debilidades, así como tú conoces las mías, además no olvidemos que ya hubo una traición de la otra parte.

- Cosa que no te cansas de recordarme desde nuestro encuentro. Solo hay que aclarar que si decido jugar no debe haber relación emocional con alguien más.

- Esa es una de las reglas de este juego, seremos solo nosotros dos André no podemos involucrar a nadie. Piénsalo bien este juego no será fácil y sabemos eso de sobra. - me dispongo a irme, pero antes de que eso suceda me toma de la mano.

- No tengo nada que pensar Anastasia, si con esto te recupero estoy dispuesto a todo. Acepto el juego con todo lo que conlleva. - me dice con determinación en su mirada.

- Sonrió y estiro mi brazo para darle la mano. - André Prago te doy la bienvenida a este que será nuestro juego de corazones.

Estira su brazo y cierra su mano alrededor de la mía. No hay vuelta atrás, los arrepentimientos, sentimientos de coraje y dolor se deben abandonar para dar inicio a este juego.

Solo que estaba tan inmersa en mi pareja de juego que no vislumbre la sombra de aquella persona que había escuchado toda nuestra conversación y que en silencio con solo la noche de testigo había profesado que aceptaba el juego.

Last GameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora