El traje

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Otoño, dulce y lindo otoño, los colores rojo, naranja y amarillo abundan por el lugar, y en octubre cada año en este mes los tachibana realizan una fiesta de disfraces para familiares, trabajadores y amigos

Y para haru sería la primera fecha festiva que no pase solo, con excepción de una vez que pasó navidad con Rin, el pelinegro está más que emocionado, sin embargo había un detalle en todo esto, pero, ¿cuál era ese detalle?

—¡¡RINN AYUDA¡¡—

—¡¡¡Ahhhh¡¡ NO GRITES QUE ME DEJAS SORDO—

—Lo siento—

—¿QUE?, NO TE ESCUCHO—

—Que nena eres, ya perdón, pero fuera de tema en verdad necesito tu ayuda—

—OKAY, ¿QUE PASA?— en realidad el ojiazul había dejado leve y momentariamente sordo al pelirrojo

—No sé qué ponerme para la fiesta—

—¿Cuándo es?— pregunto mientras masajeaba su oreja

—En una semana, pero sigo sin saber de qué disfrazarme—

—Disfrázate de haru, eso sí que me pone los pelos de punta—

—Mi puño en tu cara va a ponerte los pelos de punta—

—ja ja ja tranquilo sardina, si quieres mañana podríamos ir a pasear en una plaza o centro en busca de un disfraz, ¿te parece?—

—uff— suspiro —supongo que no me queda de otra—

—Ese es la actitud, te veo mañana—

—Adiós— al colgar se aventó a la cama

-.-.-

—Akemi, me podrías ayudar, por favor—

—¿Qué necesita?—

—Quería pedirte si podrías preparar algo en especial—

—Claro, que desea— pasaron innumerables y complejos platillos por la mente de Akemi, preparándose mentalmente

—Caballa—

—¿Ca..balla?—

—Si—

Me gradué con la especialidad de cocina gourmet, para preparar caballa, pensó Akemi —...—

—¿Crees que puedas?—

—Hasta la pregunta ofende—

—Lo siento, la cocina no es mi fuerte—

—Descuide, estará listo en unos 15 o 20 minutos—

—Wiii, gracias Akemi— dijo muy animado

—De nada— a pesar de que Akemi pudiese trabajar en cualquier restaurante cinco estrellas, él había tomado cierto afecto a la familia

Con una sonrisa salió de la cocina, de momento se dio cuenta que Amane tenía muchas sabanas y toallas en las manos, así que corrió a ayudarla

—Aquí, déjame ayudarte— tomando un poco de la carga que tenía

—Gracias— sonrió

—¿A dónde señorita?—

—Por aquí por favor— ambos fueron a una de las habitaciones extra para dejar las cosas —muchas gracias—

—De nada— estaba a punto de irse cuando Amane lo tomo del brazo —¿si?—

-.-.-.

El timbre de la puerta sonó, Hachiro abrió preguntándose donde estaba Amane

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