Grandes Acontecimientos

351 48 9
                                    


—No sé cómo hacerlo, y no quiero que te metas, no porque no me preocupe por mí, sino porque no quiero que te hagan daño, son personas con las que no debemos meternos, y creo que me he metido en algo en lo que jamás podre salir— dijo rompiendo a llorar —Al menos no con vida—

Ante la declaración de Yuna lo único que puo hacer rin en ese momento fue abrazar a su amigo.

—Yuna— lo movió un poco para que este lo mirara, pero no lo hizo.

—Yuna— sin respuesta —Yuna mírame— lo alejo un poco y levanto su rostro.

Los ojos del azabache estaban rojos e hinchados por el llanto; con su pulgar cuidadosamente Rin limpio suavemente algunas lágrimas que todavía yacían en el rostro del ojiazul.

—Estoy aquí, no me va a pasar nada, yo te voy a cuidar— dicho eso le entrego la sonrisa más cálida.

Rin no mentía cuando dijo que lo protegería, todo lo contrario; lo primero que hizo fue contarle a su jefe al respecto, el cual se conmociono al enterarse y a partir de ello, ambos estaban evitando que Hayato tuviera algún contacto o encuentro con Yuna, cambiaban su horario las veces que fueron necesarias, incluso le daba los días libres cuando sabía que Hayato iba a la cafetería.

—Señor Kazuki— dijo Kimura al ver al hombre entrar en la cafetería —Que agradable sorpresa— el hombre siempre a sido amable y sonriente que uno nunca sospecharía que estuviera mintiendo.

—Hola Kimura— saludo serio y viendo alrededor, sus ojos paseaban por todo el local, buscando a alguien.

—¿Puedo ayudarlo en algo? — pregunto con una sonrisa.

—No, solo estoy de visita— le devolvió una falsa sonrisa.

—De acuerdo, póngase cómodo, en seguida toman su orden—

—Sabes Kimura de hecho si, si hay algo que puedes hacer para ayudarme— estaba a punto de irse cuando Hayato le hablo de nuevo.

—¿Si? ¿Qué puedo hacer?—

—Sabes dónde puedo encontrar a Yuna Nanase—

Kimura no sabía que responder, no iba a negar que se puso nervioso, pero logro ocultarlo bien.

—Oh, yo no sabría decirle, no sé dónde vive— respondió Kimura.

—Pero él trabaja aquí, debe tener alguna información de él, o al menos saber que días viene a trabajar—

—Yo no puedo proporcionarle esa información, lo lamento— confeso Kimura.

—Disculpa— Hayato parecía sorprendido, jamás alguien le había negado nada.

—Lo que escucho señor—

Hayato golpeo la barra haciendo que los cubiertos sonaran y todas las miradas se dirigieran a ellos.

—Kimura si no me dices donde encontrarlo te arrepentirás de las consecuencias—

—Lo siento, no lo hare— Rin desde la cocina estaba escuchando la conversación.

El narcotraficante camino hacia la salida no sin antes darle una mirada de muerte al dueño —Fuiste advertido— dicho eso salió de la cafetería

Rin salió de la cocina para ver como se encontraba Kimura —Señor, ¿se encuentra bien?— este negó con la cabeza, sentía que en cualquier momento le daría un ataque.

Yuu le ayudo a sentarse y entre todos lo lograron calmar.

Las cosas se sentían algo turbias desde entonces, algunas veces se sentían observados, todo el personal se sentía acosado. Pero pasaron semanas y no ocurrió nada, al no haber ningún movimiento sospechoso una relajante tranquilidad cayo  sobre el lugar.

MaidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora