Helena es una mujer con la vida ya resuelta, junto a su prometido Frank y el único anhelo de ellos es formar su familia con la llegada de un bebé, pero ¿qué pasa cuando el médico le dice a ella que no puede concebir?, trayendo cómo consecuencia que...
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—hogar, dulce hogar —habla Jade dejando las maletas en el comedor—. —comamos algo y luego los vamos a dejar al departamento de Jade ¿les parece? —mira a Peter y a Jack mientras ellos asienten—. —cocinaré yo amor, tu ve a descansar —besa su frente—. —gracias, amor —sube las escaleras y camina hasta la habitación, se recuesta en la cama y cierra sus ojos—.
Mientras ella dormía los chicos abajo conversaban animadamente.
—jamás pensé volverte a ver así de feliz —sonríe Jack el hermano del castaño—. —recuerdo cuando la odiaba por terminar conmigo a los 16 años, era un niño solamente, le dije tantas cosas feas —habló apenado— hace 5 meses atrás leí uno de sus libros —sonríe con nostalgia— pensé que era solo una historia común y corriente, pero mientras iba leyendo me di cuenta que era nuestra historia y se narraba en primera persona —suspiró— ella no la paso bien, ahora cada vez que la miro siento que debo protegerla y más ahora que seremos padres —sonríe— no soy un multimillonario, pero haré el mayor esfuerzo por que a mis hijos no les falte nada —miro a sus acompañantes—.
Lo que ninguno sabia es que detrás de la puerta Helena estaba llorando de alegría.
Un año después.
El llanto de un bebé se escucha en toda la habitación.
—yo iré —se levantó Jade—.
Luego de un par de minutos el llanto ceso, pero fue sustituido por otro, Helena se levantó y caminó a la habitación de sus hijos, abrazó a Jade por la espalda y le besó esta, luego se soltó y caminó a la cuna de Matilda.
—ya princesa —le sonríe y le da de comer—. —Marco también tiene hambre —le dice Jade—.
Lo acomoda en el otro seno de Helena y el niño de inmediato comienza a alimentarse.
Helena llevaba 9 meses siendo madre primeriza y estaba contenta con los pequeños Marco y Matilda. Cuando ellos nacieron tanto la familia de Jade como la de Helena los visitaron trayendo pequeños presentes para los recién nacidos.
En cuanto a Jack y Peter aun vivían juntos, Felipe fue arrestado y condenado por homicidio frustrado.
Dean y Laura estaban felices con Ray y la pequeña Helena.
Y bueno ella y Jade han estado algo distanciados desde el nacimiento de los mellizos.
—ve a dormir, mañana tienes clases y no quiero que estés cansado.
Helena no necesitaba ver la hora, ya sabía que eran las 5 de la mañana a esa hora despertaban los niños para comer desde que cumplieron 5 meses.
—está bien —se gira Jade y camina a la habitación—.
El día anterior habían estado peleando por que Marco había roto un vaso y quien se suponía que lo vigilaba era su padre, pero este se encontraba revisando unas pruebas, Helena se alteró al ver al pobre Marco cerca del vaso roto y discutió con Jade.
Una vez que les dio de comer dejó a Matilda en la cuna y le botó los gases a su hijo, una vez que este se durmió tomó en sus brazos a la revoltosa de su hija quien se reía cada un minuto.
—eres una pequeña revoltosa —ríe la castaña mientras su mano sube de arriba a abajo haciendo que su hija suelte gases y se ría—.
Meció a su hija hasta que la pequeña dejó de balbucear y cerró sus ojitos, Helena salió de la habitación de los niños y caminó a su habitación, Jade estaba dándole la espalda desde el lado izquierdo de la cama. Ella se acostó y luego sintió unos brazos que la rodeaban.
—perdón amor —susurra en su cuello— he sido un mal novio desde que saliste del hospital con los niños, pero la situación me tiene estresado —ella se giró y lo quedó mirando un largo rato—. —te amo idiota —lo besó—.
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