HOPE (EDITANDO)

epílogo

Mi querida y hermosa Helena.

Cuanto hubiese deseado que nunca hubiésemos terminado, pero las cosas pasan por algo y nuestros caminos se volvieron a unir, pensé que al principio todo lo había hecho para que tu fueras feliz, pero cuando comenzamos a pasar tiempo juntos me di cuenta de que me había vuelto a enamorar de ti y con mayor intensidad que antes.
Con el fruto de nuestro amor creamos a dos niños preciosos y uno que esta próximo.

No sabes cuantas veces te pediré perdón, por lo tonto que fui al engañarte, eres una mujer maravillosa y estoy agradecido de que me hayas dado una oportunidad.

Se despide atentamente tu futuro esposo.

-Que carta más linda -suspiró Amelia-.
-sí que lo es -susurró Gabriel-.

Matilda corrió a los brazos de su padre quien se encontraba con la pareja.

-papi, Marco me dijo que yo era fea y que por eso mamá ya no jugaba conmigo -lloriqueó abrazada a su padre-

-Marco -gritó Jade y el pequeño se acercó con el ceño fruncido- ¿por qué le has dicho eso a tu hermana?

-No tengo porque dar explicaciones -gruñó- es verdad por culpa de ella mamá ya no juega con nosotros -gritó y subió las escaleras enojado-.

Gabriel y Amelia miraron la escena con tristeza, Jade ya llevaba 7 meses lidiando con el mal comportamiento de su pequeño hijo, ya que Marco buscaba la forma de llamar la atención de su madre y ella estaba inmersa en su propia pena.

-hija ve a tu habitación por favor -le pidió a la pequeña para que el pudiera conversar con el matrimonio, la pequeña subió sin protestar y él suspiro- ya no sé qué más hacer chicos, nos vinimos a vivir a California, porque pensé que eso ayudaría a Helena a superar la perdida de Thomas, pero sigue igual, come muy poco, los niños la extrañan, Marco está cada vez más rebelde.

Jade desde que Helena perdió a su bebé, se le notaba más cansado y triste, luchaba por sacar a su novia de la habitación y le dolía en el alma escuchar a su novia llorar todas las noches.

-debes darle tiempo amigo -le dijo con pesar Gabriel-.

-han pasado siete meses Gabriel, yo también perdí a mi hijo -le dijo en reproche- pensé que viniéndonos a California Helena podría salir adelante con la ayuda de todos nosotros, pero sigue igual y sé que se culpa de ello, pero era un embarazo de riesgo y sabíamos lo que podía pasar.

después de una larga conversación el matrimonio decidió irse, Jade hizo dormir a los niños y antes de entrar a la habitación donde él dormía escuchó como su novia lloraba, suspiró y entró, Helena se sorbió la nariz con su pijama.

-Amor ven acá -la abrazó y ella siguió llorando, que podía hacer para sacar a su amada de ese sufrimiento-.

un año después.

-¡Mami, Mami! -gritó Marco mientras corría hacia ella- hoy nos ensañaron a leer -dijo entusiasmado-

-Qué bueno mi amor -le sonríe Helena- me alegra mucho -besó la frente de su hijo- ¿y tú cariño, que tal tu clase? -la niña baja su cabecita triste-.

-uno de nuestros compañeros la molesta, pero yo le pegué -habla orgulloso por haber defendido a su hermana-.

-Helena evita reír- mi amor eso está mal, no se le debes pegar a tus compañeros -lo regaña- y tu mi pequeña Mati no debes hacer caso a lo que te dicen ¿bueno? -la abraza con fuerza y la niña ya se siente un poco mejor-.

Jade veía a su familia desde la ventana del auto, le alegraba ver a su mujer ya compuesta, le encantaba volver a ver su sonrisa de nuevo y esa vitalidad que tenía antes de la perdida de Thomas.

No fue fácil sacarla adelante, fueron a muchas terapias de pareja para poder solucionar la depresión en la que Helena se había sumergido, pero cuando su esposa se dio cuenta de que Marco se portaba mal en clases por causa de ella, habló con Jade y le dijo que quería ir a terapia, para Jade fue una grata sorpresa.

-bien niños suban al auto -habló Helena mientras abría la puerta trasera del auto, luego acomodó a sus hijos y les puso el cinturón de seguridad- los amo -les dijo cerrando la puerta y luego abriendo la del copiloto, miró a su esposo y lo besó- gracias por todo mi amor -le sonrió-.

Helena agradecía enormemente toda la paciencia que su esposo le tuvo cuando perdió a Thomas, muchas de sus amigas le dijeron que era lo justo, pero ella muy en el fondo sabía que quién la consoló cada noche fue su adorado Jade, quién la abrazaba y le acariciaba el pelo hasta que ella se quedaba dormida llorando, quién la ayudó con los niños, fue muy comprensivo con ella y eso solo hizo que lo amará aún más.

Habían pasado por muchas cosas, distanciamientos, engaños, y la perdida su hijo, pero el amor predominó en ellos y pese a las adversidades, juntos supieron sacar adelante a la hermosa familia que construyeron y ver cada logro de sus hijos les llenaba el corazón a ambos.