Capitulo 13

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Carta 12



Las mañanas son más frías cada día. El calor que dejaste comienza a desaparecer, como si se tratase de un sol que poco a poco se esconde para dar paso a una fría noche, sin estrellas...
Pero me reconforta saber que pronto todo esto acabará, que estos días solitarios que parecen no tener fin están a punto de terminar. Falta poco.



Si te pongo al corriente con las cosas, no hay mucho que decir en realidad. Usami-san ganó dos premios de literatura; Miyagi-sensei fue ascendido de su puesto; realicé con éxito una operación que nadie creyó que podría manejar; Tsumori-senpai logró establecer una relación formal –con una mujer que conoció en la sala de espera– y ya no coquetea a las enfermeras.

Y yo, bueno, yo sigo pasando mis ratos con Hiro. Me siento mal por él, porque le agarré mucho cariño y no sé qué será de él ahora que yo no esté.
Supongo que sabrá arreglárselas solo.



Kusama Nowaki



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–¿Con que Hiroki saldrá de viaje eh? –preguntó un hombre rubio con un cigarro en la boca.


–Así es senpai –respondió su compañero mientras ordenaba el papeleo sobre su escritorio–. ¿Qué voy a hacer mientras Hiro-san no está en casa?

–Relajate Nowaki, hay veces en las que no se ven durante días, tres días no será demasiado –le regañó Tsumori.

El azabache suspiró y siguió ordenando los papeles.



Hace un día que Hiroki había partido a su conferencia en la otra universidad, y el doctor ya comenzaba a extrañarlo. Trataba de distraerse con el trabajo del hospital y la florería, pero nada le quitaba las ganas de ver a su adorado profesor.
Resignándose, se repitió las palabras "solo 3 días" hasta que finalmente logró concentrase en sus labores. A Tsumori le hacía gracia ver como Nowaki se tomaba muy en serio el no ver a su pareja, extrañándose de su actitud, ya que en ocasiones en joven médico pasaba una semana entera sin dormir o incluso son ir a casa. Pensaba que su actitud estaba siendo divertidamente exagerada.

......


Esa noche, un accidente sacudió al hospital.

–¿Cómo es posible? ¡¿Por qué explotó?! –exclamó una mujer en la sala de espera.

–Los accidentes siempre estarán ahí presente, y siempre afectarán a terceros –respondió otro, con un tono calmado pero serio.

Cerca del hospital, una gasolinera había estallado. Gracias a ello, un gran accidente de tránsito se había armado debido al radio de la explosión y las llamas que se propagaron. Además, para empeorar las cosas, el edificio de al lado se había visto afectado también. Esa noche, todo el personal del hospital se encontraba atendiendo a un gran número de heridos que entraban por la puerta.
Tsumori y Nowaki también se encontraban ocupados, corriendo de un lugar a otro. Brevemente se hablaban para dar informes del estado de los pacientes, entre otras cosas. Fue hasta después de unas horas que los heridos dejaron de llegar; al fin los médicos pudieron darse un respiro.



–Uff, esa gasolinera sí que causó una carambola. ¿No Es verdad Nowaki? –preguntó Tsumori, al mismo tiempo que sacaba un cigarrillo.

–Lo sé, y parecemos el único hospital de la zona –comentó el mencionado dejándose caer en su silla.

Ambos se encontraban agotados luego de tal incidente, pero ninguno sabía que estaba por llegar un paciente especial.

J.E/ Cartas a un costado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora