Alive

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Reían mientras bebían gaseosas y comían frituras. Se encontraban viendo una película de comedia, una de esas que a Tristan no le gustaban mucho, pero cuando estaba con Brad no le importaba mucho, mientras podía ver al castaño cómodo, le bastaba.

Hace unos cuantos días habían tomado tal hábito, se juntaban en las tardes a pasar el rato, a parte de juntarse a practicar.

Se volvieron esa clase de personas que al poco tiempo, comienzan a sentirse tan comodas estando una al lado de la otra, en tal tiempo, como ya desde el primer día.

En tan poco tiempo, el cariño era enorme. Tal vez ellos eran, dos personas que al parecer, ya debían encontrarse.

***

El rubio observaba como el castaño miraba la televisión con una sonrisa dibujada en su rostro, lucía muy dulce. Dándose cuenta que al parecer al castaño le gustaban mucho esa clase de películas. Sí le gustaban tanto, y sí le dejara tiempo, tal vez tambien se volverían sus peliculas favoritas, aunque solo lo haría por Brad.

El castaño soltó una risa y se volteó a ver a Tristan, tal vez quería ver si también fue gracioso para él, lo que es algo común. Pero al voltearse, encontró a Tris mirándolo, como si Brad fuera la única cosa en el mundo que estaba presente en ese momento. Brad al mirarlo, sonrió y el rubio copió su acto, sin quitarle la mirada.

Su rostro era perfecto, cada cosa en él era perfecta; sus ojos tan hermosos, su pelo, todo en él.

Mierda, Tristan, eres perfecto.

Tal vez esa mirada se la debían, y eso le dijo algo. Podrían mirarse y darse cuenta que solo eso basta para que ambos se sientan completos.

El castaño se levantó del push donde se encontraba sentado sin decir nada y fue directo al baño.

—Bradley, ¿Qué te sucede?—Dijo en voz baja, más para el mismo. Mientras se miraba en el espejo.—Por dios, Tristan, no me hagas esto.—Rió inconscientemente, tal vez sólo de pensar en Tristan, y en lo que le causaba el rubio. Sólo se tomó unos minutos, ni siquiera sabía bien porque se había retirado del living, yendo al baño. Aunque si, lo sabía, pero como dicen, es mejor pretender que no.

Volvió al living y se sentó junto al rubio, la película ya casi terminaba, así que solo serían unos minutos más y listo.

***

Los títulos finales aparecían en la pantalla. El castaño se levantó del push y encendió la luz. El rubio seguía sentado en el sillón muy cómodo.

—Qué te pareció la película?—Preguntó el rubio mientras veía a Brad apagar la televisión.

—Muy buena, ¿y a ti?

—Se notó, estabas muy sonriente en toda ella.—Sonrió de lado.

—Veo que estás pendiente de todo.—Bromeó

—Lo estoy, Brad.—Soltó Tristan para luego reír.—A mi también me pareció muy buena.

—Genial, esperaba que no te aburrieras.—Río

—Creeme, la pasé muy bien.

—Bien. Y que dice el campeón de que sólo faltan dos días para el partido.

—Estoy nervioso, no por el partido. Si no por el hecho de que ésta vez, todo tiene que terminar.

—Tú, sólo tomalo con calma, lo hablamos muchas veces y según lo que me dijiste, estás preparado, sólo tienes miedo. Recuerda que el miedo no te lleva a ningún lado, así que tienes que vencerlo, Tris.

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