Where Are You?

284 31 12
                                    

Caminaba hacia su casa; se sentía tranquilo, y por qué no, se sentía algo animado. Para ser sincero con él mismo, se sentía genial.

En el corto camino desde el club hacia su casa, podría haber estado pensando que ya se sentía completamente seguro de enfrentar a sus padres con respecto a lo que el prefería, o que por lo menos había logrado demostrarles algo bueno antes de que todo termine, pero no hizo más que pensar en Brad, en el castaño diciéndole "Me gustas mucho, Tristan." y más que nada, el dulce beso que recibió. ¿Acaso eso era realidad? Siendo sincero, el no creyó el hecho de que el castaño le corresponda, el hecho de su leve inseguridad lo hacía dudar de aquello. Pero aunque piense eso, él era hermoso, por dentro y por fuera, y eso lograba llenar al castaño.

Finalmente llegó a su casa, donde abrió la puerta; se encontraban sus padres y su hermano, quienes estaban terminando de acomodar sus valijas, ya que como lo habían arreglado respecto al trabajo de su padre, ese día tendrían que irse.

—Llegaste.—Soltó su madre luego de verlo cruzar la puerta, tenía en su rostro una sonrisa casi perfecta.—Veo que estas muy de ánimos.

—Lo estoy. —Sonrió de costado, para luego recibir un guiño de su madre, no sabía sí lo hizo por costumbre, o aún estaba bromeando con lo del "amor" de su hijo.

El rubio no le dio mucha importancia, y subió las escaleras, a pesar de todo, se encontraba cansado, en todo el partido, salvo en el entre-tiempo no descansó.

Al entrar a su habitación arrojó su mochila en la cama, para luego hacerlo él. Tomó su celular para enviar un mensaje, cual estaba guardado en el bolsillo de su mochila.

Hola, espero que vengas hoy, como lo dijiste. 😊

Aunque quedaba algo arrogante el rubio presionó el botón de send y se lo envió al castaño.

Apoyó su celular en la mesa de luz que se encontraba junto a su cama.

***

—Tris, cariño. Baja, tenemos que acompañar a tu padre y a tu hermano al aeropuerto. —El rubio se percató del grito de su madre, poniéndose inmediatamente de pié, abrió la puerta y la cerró de un golpe fuerte.

—Tristan, vas a romper la puerta. —Bromeó su madre, haciendo que él le devuelva una mueca.

—¿Vamos?—interrumpió su padre para luego tomar las maletas, y salir afuera.

Luego de entrar al auto, su padre subió en el asiento de piloto, su madre al lado de su padre y él y su hermano en los asientos de atrás.

El viaje no fue silencioso, pero tampoco fue un alboroto.

Iban cruzando comentarios entre ellos, como siempre lo hacían, pero el rubio no participaba mucho. Su mente estaba ocupada, más en pensar porque el castaño no fue a su casa. Tal vez le surgió un problema, o algo similar.

La dio una mirada a sus padres, por unos segundos, haciendose recordar que olvidó decirle de aquello, pero ya no tenia tiempo para una conversación clara y detallada; tal vez su padre no lo comprendería, y se iría enojado, y eso era lo que él no quería.

Así que solo se quedó callado, y riendo de vez en cuando, cuando decían algo gracioso, obviamente.

Llegaron al aeropuerto, todos salieron del auto, tomaron las valijas, para luego dirigirse adentro.

El rubio todavía se encontraba pensativo, hasta que su madre, tocando su hombro lo hizo salir de sus pensamientos.

—Se que no es muy bueno ver que se vayan por un tiempo.—Le dio una sonrisa al rubio.

Learn; Tradley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora