CAPÍTULO 1.- LA SÚPER VENGANZA

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03:00

Son las 03:00, estoy en la puerta de la casa de Val y la retrasada no se digna a aparecer.

03:15

Han pasado 15 min y estoy empezando a pensar que la tierra se ha tragado a mi mejor amiga.

03:30

¡ Maldita Valeria ! Hace un frío que pela. ¿Dónde está ?

03:36

- Hola Dani.

- ¿ Cómo que Hola Dani ? ¿ Se puede saber dónde has estado ?.- dije intentando relajarme.

- Comiendo Nutella.

Estaba claro, tenía la boca completamente manchada.

No pude conservar mi paciencia y grité.

- ¡¿ Que clase de ser inhumano se tira 36 minutos comiendo Nutella mientras su amiga espera elada de frío ?! Ya, tú, que no eres normal.

- ¿ No pretenderás que me vengue con el estómago vacío ?

Suspiré.

- Y además te he guardado un poco.- dijo entregándome el tarro.

- Eres la mejor.

Cogimos el bote de pegamento y lo untamos en todo el coche de Álvaro ( el antiguo novio de Val que se lió con otra ) Luego empezamos a echar purpurina. La verdad es que el coche quedó bastante horrendo.

- Súper divino de la muerte.- dijo Valeria haciendose la pija.

- Osea de verdad muy cool.- le seguí el rollo.

Val empezó a reírse como ella habitualmente se ríe, es decir, gritando.

- Shhh Valeria nos van a oír.- susurré.

Pero ya era demasiado tarde.

De repente una de las habitaciones de la casa de Álvaro se iluminó y de fondo se escuchaban voces.

- ¿ Qué ha sido eso ?.- dijo la voz.

- Val, estúpida nos han pillado. ¡ Corre !.- grité con todas mis fuerzas.

Corrimos muriéndonos de risa, ese estúpido se iba a llevar un buen chasco.

Al llegar a casa nos separamos, no literalmente porque nuestras casas están pegadas ( de ahí que entre por la ventana ), pero nos separamos.

Val entró deprisa para que sus padres no la echaran en falta, pero yo me quedé observando un sombra bastante extraña en la casa de enfrente.

La verdad estaba aterrorizada. ¿ Qué podía ser ? ¿ Un fantasma ? ( Claro Dani, seguro que es eso- me dije a mi misma ) ¿ O simplemente un animal ? Intenté fijar la vista pero sin mis gafas no veía absolutamente nada.

Esa cosa o persona o lo que fuese, cada vez se iba acercando más a mí y a la vez yo me alejaba.

Cogí una barra de la barbacoa de mi padre para " defenderme ".

Realmente estaba muerta de miedo. Pero una sensación muy extraña hizo que sintiera como si mi cuerpo se paralizara, como mi interior hubiera decidido por sí solo a quedarse donde estaba con aquella " arma " en la mano.

Colgada de mi vecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora