"Esta vez me quedare callado." [NamJin]

"No temas al futuro cuando el presente se esta derrumbando." (Parte 7)

El futuro es algo que suele pintarse como algo para lo que siempre debemos estar preparados, algo por lo que tenemos que trabajar siempre, pero ¿han pensado que el mañana pasará a ser su hoy? ¿Qué siempre estamos viviendo en el presente? Por tanto, debemos procurar cómo manejamos el presente, para no temer al futuro.

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(POV Jin)

El camino al que NamJoon me indicó se encontraba su casa nos llevaba a una de las zonas más exclusivas de la capital, pero que también es bastante concurrida. ¿Realmente vivía aquí? Estas casas podrían valer diez veces la mía, incluso más.

No cuestioné nada, pues Nam estaba dormitando levemente, lo sabía, pues si hacía cualquier pregunta, él respondía. Él se encontraba tan callado, parecía que no había nadie conmigo, ese no era el NamJoon que conocía. Algo malo había pasado.

En cuanto a mi estaba más bien tranquilo, aunque de alguna manera intuía que no sería así por mucho tiempo, el sólo hecho de que volví a ver los ojos de NamJoon, su rostro, que pude abrazarlo, y también besarlo, hizo que incluso olvidase que me había drogado.

Dios... Me había drogado.

—Es aquí Hyung. —me dijo cuando pasamos por el complejo de casas que podría decir eran las más lujosas.

—¿Cu-cuál es? —pregunté a su para nada específica respuesta.

Detuve el auto cuando vi que arrastraba su dedo por la ventana del vehículo, señalando una de las casas más grandes de la zona. Me sorprendí al ver su magnitud. Nunca se había tocado el tema de la familia entre nosotros, incluso podía decir que ambos evitábamos el tema.

—Ve un poco más adelante. —dijo Nam.

—¿No podemos estacionarnos aquí?

—No quiero que nos vean entrar.

—¿Tus pa-padres?

—¿Eso... —se movió hábilmente de su asiente y así tomó mi mejilla. —te asusta?

Su mano estaba fría, y nunca lo había sido, siempre era tibia y confortante, entonces la tomé con fuerza y la besé, tratando de calentarla un poco. Sentí que se sobresalto un poco, lo mire solamente de reojo. —Quizá... Este nervioso.

Sonrió de manera tierna y besó la punta de mi nariz, que estaba igual de fría. —Ellos no están en casa, hablaba de los sirvientes y el servicio.

—Ah, ya veo.

...

—¿Sirvientes? ¿El servicio?

—Eso dije Jin.

—Lo escuché, pero —sacudí la cabeza, quería evitar decir cualquier cosa inapropiada. —, ¿cómo entramos?

—Ve un poco más adelante, puedes dejar el auto en ese callejón, luego vamos al patio trasero, hay una escalera que da a mi cuarto.

—Qué... eficaz.

—Escaparse de vez en cuando no es tan malo Hyung.

—Claro, claro, ahora vamos a ello.

Luego de estacionar el auto, nos escabullimos por el lado izquierdo de la mansión, porque vaya que lo era. Había una pequeña barricada de concreto en el jardín, pero en cuando pasamos NamJoon hizo que me agachara. —¿Por qué los jardineros siguen aquí?