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Era fin de semana, el descanso tan esperado de dos días para estudiantes como yo que han de sentirse hostigados con tanto trabajo y exámenes por delante. La escuela estaba acabando con mis divertidos días cambiándolos por tardes de sesiones de estudio, era aburrido, pero todo fuera por un buen porvenir o un buen futuro.
Pero ¿les digo algo? La calva de mi profesor de ciencias brilla mucho más que mi futuro.
Llegué hasta la cocina solo para tomar entre mis dedos una copa de cristal que estaba guardada en una de las dos alacenas, del frigorífico cogí la botella de jugo de manzana y con mi pie intenté cerrar de un suave empujón la puerta del mismo. Me serví un poco de jugo y bebiendo de ese néctar ahogué la sequedad de mi garganta.
—Jimin, puedes venir, por favor.— mamá llamó desde la sala de estancia.
Dejé el vaso sobre la mesa y fui para poder atender cualquiera fuera la petición de ella. Pero mi progenitora no se hallaba sola, estaba en compañía de una mujer totalmente desconocida para mí, no recuerdo haberla visto antes en algún lugar. Nop. Aunque sus ojos mielosos me hicieron dudar sobre mis propias aseveraciones anteriores, esos ojos los conocía.
—Jimin, te presento a la señora Kim, nuestra nueva vecina.— explicó.
Sonreí con suficiencia realizando una pequeña reverencia como acostumbraba hacer al presentarme.
—Hola, señora Kim.
—Hola, Jimin.
De verdad que estaba intentando ser de buen parecer frente a las observaciones perspicaces de la doña que permanecía sentada frente a mi madre. No pienso mentir diciendo que no estoy nervioso ni mucho menos asustado, porque sí, lo estoy. Soy un poco tímido con los desconocidos, más si ellos son adultos, porque la mayoría del tiempo estoy tratando de dar una buena impresión de mí y ellos siempre la buscan, en todos los jóvenes.
La puerta fue tocada y mamá me pidió que fuera atender mientras que ella y la señora Kim seguían interiorizándose en sus temas de conversación muy amenos. Abrí la puerta viendo esas mejillas grandes y rojizas ser cubiertas por un par de delicadas manos, reí por el acto inocentón de fresita al verme.
—Hola, fresita. ¿Ya te haz ruborizado al verme?— rompí el silencio que se había formado entre nosotros.
—No te creas, Jimin.
—Entonces, ¿por qué te cubres las mejillas?
—Mi primo ha venido de visita y creo que me ha dibujado algo en el rostro cuando estaba durmiendo.
—¿En serio? Déjame ver.
Me acerqué a ella tratando de apartar sus manos de sus propias mejillas y aunque opuso resistencia lo conseguí. Tomé su mentón con delicadeza y me dediqué a observar detalladamente las tersas mejillas de fresita. En su pómulo derecho tenía unas líneas trazadas en colores negro y blanco y en el izquierdo había un dibujo de un corazón con unos mensajes encerrados en él; "Nam is the best" "Soy una barriobajera" "NamJoon es mi pastor" y otras palabras en inglés que no lograba entender por su complejidad.
—¿No deberías ocultar los marcadores de tus primos?— pregunté entre risas.
—No hay necesidad si el tiene veintitrés, ¡se comporta como un chiquillo!— alzó su voz a regañadientes mientras vuelve a cubrir sus pómulos.
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WiFi ; Jimin {BTS}
Fanfiction❝¡Hola, vecino! ¿Lo molesto con una tacita de azúcar y la clave de la red?❞ heterosexual. ¡esto no es un fanfic de rayita!. publicada: 100916. //taejeons (©) 2016.