WiFi ; Jimin {BTS}

｢ 017 ｣

— ❀ —

Primero había sido una llovizna, con el pasar del tiempo comenzaba a tomar fuerza, las gotas se volvían más gruesas y la lluvia se tornó espesa. Al final, terminó por convertirse en un aguacero capaz de perforar el alquitrán de las calles como si fuesen taladros industriales, dejando rastro de su mojado paso en todas partes de la ciudad.

No tenía mucho tiempo, la profesora solamente me había dado una tarde más de piedad para mis calificaciones, no podía desaprovecharla por nada del mundo; pero tampoco era mi culpa que justamente ahora, cuando planeaba salir, se haya puesto a llover formando semejante diluvio. Estaba claro que si salía volvería hecho un pez, porque con tanta agua mínimo me salieran escamas y unas agallas. Por otro lado, estaba mi futuro, mis responsabilidades, un compromiso con la escuela que debía cumplir sin rechistar.

—¿Estás seguro de salir así, Jimin?— inquirió el zopenco, admirando el ventanal de mi casa siendo empapado de forma estrepitosa.

—Sí.— asentí. —Sólo es agua, ni que fuese radioactiva o ácida, no te preocupes.

—Que sea radioactiva o ácida es la menor de mis preocupaciones, Jimin.— TaeHyung me miró, cruzando de brazos casi paternalmente. —Temo que te pierdas entre las gotas de agua, están casi de tu tamaño, en serio. ¿Seguro que no quieres que llame a las fuerzas navales para que te ayuden? O te puedo conseguir un traje de buceo.

—¡TaeHyung!

Me puse la chaqueta, aquella que me hacía parecer una salchicha de pies a cabeza, esperando protegerme un poco con eso. Seguramente se pregunten que por qué no voy con paraguas y me dejo de ser todo arriesgado, pero créanme, el viento que rugía con fervor en las calles era de todo menos amistoso. Salir con un paraguas así, era como tirarse en parapente, saldrías volando hasta el otro hemisferio.

—Pone cuidado al bajar las escaleras de la entrada, son altos y recuerda que cuando están húmedos es más difícil para el zapato aferrarse.— intervino mi mamá, apretujándome contra su pecho tratando de calmarme de a poco.

Solamente era comprar algo en el centro y nada más, no pretendía quedarme por ahí viendo las vitrinas de todos y cada uno de los puestos comerciales. Por Dios, no soy un suicida que quiere acabar con su miserable vida. Bueno, aún no...

—Ya lo sé, má. ¡Deseénme suerte!

Justo cuando iba a darme la vuelta y abrir la puerta para ir en busca de mi destino, un mensaje en mi móvil había sido notificado. Decidí responder antes de marcharme, después de todo no estaba tan apurado por ahogarme.

Fresita♡
Ricitos, la nariz andante me ha dicho que necesitas unos materiales. Yo tengo aquí en casa, puedo prestarte algunos. Tenlo en mente para que no tengas que salir a pescar algún constipado, ¿vale? Oks.😊
17:25

Uff, por supuesto que eso fue un completo alivio y no me tomen por un aprovechado al aceptar sin pensar la oferta, pero cuando les pase lo mismo entenderán mi situación. Inclusive, puede que ya sepan cómo se siente. Así que todo alegre, avisé a mamá que no me tomaría más de cinco minutos ir y volver, al principio estuvo confusa, sin embargo, dijo que me esperaría con una toalla por si regresaba empapado hasta los calzoncillos, supongo que estará de más decir que Tae se rio escandalosamente.

Cuando salí, deseé entrar inmediatamente, hacía un frío de los mil demonios que llegaba a calarme los huesos, también lograba congelarme los moquillos con solo pasearse por mi cara. Ni hablar de las fieras ráfagas, es como si el viento te diera una zurra con tanto afán que consiguiera teñirte el rostro de bermellón hasta las orejas; era increíble la sensación de ardor que te producía, igualito al escozor que te llega después de la paliza de tu madre, si hasta me volvían los recuerdos de la infancia con sólo sentirlo en los pómulos. También mis hermosas manos sufrieron de la epidemia que suponía ese color rojo en toda mi bien cuidada tez, mis dedos parecían inmovilizados, apenas si tenía algún control sobre ellos porque realmente no podía sentirlos del todo. No cabía duda, mi muerte había sido escrita en hipotermia.