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Sus miradas cómplices estaban cayendo sobre mí, queriendo lanzar en cualquier momento acusaciones en mi contra. Malicia y travesuras. Dos palabras que sin esfuerzo podías detectar en sus ojos destellantemente curiosos que, acompañadas de unas sonrisas forzadas que me hacían imaginar el tipo de dolor muscular que estarían experimentando sus mejillas, me ponían los pelos de punta.
—Park Jimin.— mi nombre fue pronunciado por el moreno tan pausadamente creyendo por un segundo que todo iba en cámara lenta. —Jimin, Jimin... Jimin.
—Nuestro querido Jimin.— le siguió el otro chico a su lado.
Ambos rondaron alrededor de la silla en la cual estaba sentado. Ellos me habían arrastrado hasta la biblioteca de la escuela, en un lugar apartado del alumnado que estaba estudiando ahí mismo.
Es como si esos dos estuvieran jugando al policía bueno y al policía malo, hasta una linterna de juguete tenían consigo alumbrando directamente mi rostro dejándome ciego gracias a la luz incandescente, luz que pegó en mis ojos durante 20 minutos.
A este paso terminaré por ir al oculista y ellos me financiarán el tratamiento.
—¿Qué tienes que decir en tu defensa?— preguntó el moreno.
No respondí de inmediato, y es que no podía verlo con toda esa luz. Usando mi antebrazo como barrera para bloquear la incandescencia relamí mis labios antes de dar una respuesta.
—Mis globos oculares están quedándose ciegos por culpa de esa ridícula linterna tuya, TaeHyung.
—¡Que no me evadas las preguntas!
TaeHyung gritó llamando la atención de la señora encargada de la biblioteca y como era de esperarse esa mujer examinó con enfado a mi amigo quien sólo se encogió de hombros avergonzado.
—Jimin, no es necesario que lo niegues, lo sabemos.— JungKook habló con calma, sonriendo como un padre a su hijo. —Sólo queremos saber quién es.
TaeHyung, de pie frente a mí, cruzó sus brazos manteniendo una mueca sobre sus labios, queriendo fingir un chico rudo que no aceptaba las excusas o respuestas despistadísimas. JungKook era todo lo contrario, sentado a mi lado en calma, todo sus gestos incluso su hablar eran ceremoniosos a tal grado que pensabas que en cualquier minuto te empezaría a hablar y difundiría la palabra del señor. Demasiada tranquilidad en ese chico no era común.
—Habla.— demandó Tae.
Ok, demasiado dramatismo.
—YeSeul, es mi vecina y una reciente amiga.— aclaré mi garganta haciendo que las comisuras de mis labios se alzaran regalándoles una sonrisa socarrona.
Querían descubrir quién era la misteriosa chica con quien compartí el fin de semana, saber si mantenía algo con ella. ¡Serán tontos estos! Me han arrastrado desde la sala de clases a la biblioteca por una soberana estupidez que ni una pizca de importancia tiene, si yo tuviera algo con alguien se los dejaría en claro con un simple: "Ella esa mía, no te le acerques o te vuelo los dientes". No tendría por qué ocultárselos.
TaeHyung suspiró descruzando sus brazos. —¿Es la chica que fue a disculparse contigo?
—Sí.
—¿Qué? —JungKook inquirió confundido. —¿YeSeul, qué?
—Es a la que le diste mi número.— aclaré. Kook asintió comprendiendo. Me levanté del asiento girando sobre mis talones para verlos directamente. —¿Ya puedo irme?
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WiFi ; Jimin {BTS}
Fanfiction❝¡Hola, vecino! ¿Lo molesto con una tacita de azúcar y la clave de la red?❞ heterosexual. ¡esto no es un fanfic de rayita!. publicada: 100916. //taejeons (©) 2016.