Capítulo 9

104 4 2
                                    

Un gran ruido provocó que me levantara. Abrí los ojos de golpe y los volví a cerrar tratando de adaptarme a la luz.
Analicé mi habitación, para saber si el ruido provenía de ahí.

Nada.

Me paré y abrí la puerta. Miré en todas direcciones y no encontré nada que pudiera provocar dicho ruido.
Suspiré con frustración y comencé a bajar las escaleras restregándome los ojos con el dorso de mi mano.

Llegué abajo y no encontraba nada. Caminé a la cocina decidida para comer y encontré lo que había provocado el ruido.

Un florero.

Se encontraba hecho pedazos a un costado de la mesa. Pero... ¿Cómo se había caído? Siempre estaba acomodado al centro de la mesa.

No pensaba recogerlo, así que lo dejé ahí. Fui al refrigerador y había una nota de mis padres diciendo que no volverían hasta dentro de una semana.

-Que raro...- dije para mí misma y rodé los ojos... O tal vez no sólo para mí... Al abrir el refrigerador escuché a alguien aclarandose la garganta atrás de mi. Volteé asustada.

-¡Samantha!- grité y solté un suspiro, no dudé ni un segundo y ya me encontraba rodeándola con mis brazos.

-Te asuste, ¿ah?- dijo con tono burlesco y recibió un golpe de mi parte en su linda espalda- ¡Oye! No fue para tanto.

-Eres una idiota- dije al tiempo que la soltaba y ella reía- ¿Por qué estás aquí? ¿Tú rompiste el florero?

-Tus padres me llamaron y me dijeron que saldrían- rodó los ojos e hizo una mueca de desagrado- así que decidí venir.

-Gracias... Pero aún no me respondes que hace el florero hecho pedazos en el suelo.

-Si lo recuerdas, dejaste tu habitación con seguro- dice en tono acusador- y toqué varias veces, pero no despertaste, y asumí que con éste ruido despertarias- dijo asintiendo repetidas veces con la cabeza- además quería asustarte.- completó.

-Eres tan linda.- dije en tono irónico.

-Cómo sea... Vamos a Doodle.- dijo mientras me tomaba por el brazo y me jalaba hacia la puerta.

-¡QUE TE PASA! ¿ACASO NO VES COMO ESTOY?- dije algo alterada y soltándome de su agarre, mientras me señalaba a mi misma.

-Tienes 5 minutos para arreglarte.- dicho ésto corrí a mi habitación, Sam es capás de dejarme ahí e irse ella sola.

-Vámonos.- dije algo emocionada luego de bajar lista.

Salimos de mi casa y tomamos camino hacia la plaza que tanto nos gusta. Decidí que le diría lo poco que ha pasado con Evan, ya que era nuestra promesa no escondernos nada.

Llegamos y, como lo pensamos, estaba muy sólo por ser entre semana.

-¡Vamos por nieve!- dijo Sam como una niña pequeña y reí siguiéndola.

Este momento sería perfecto para contarle.
Compramos cada una nuestras nieves y nos fuimos a sentar. Tomé aire y lo solté lentamente.

-Samantha...- la llamé. Sus lindos ojos color miel voltearon a verme, extrañados.

-¿Está todo bien, Sofi?- dijo con un tono preocupado.

-Necesito contarte algo- dije - pero antes, necesito que me prometas que NADA de esto, se lo contarás a Alex, por favor.- resalté la palabra Nada.

-Creo que ya se a donde va esto- dijo con una sonrisa de lado- anda, cuenta, nada sale de aquí.

-Es un chico. Peeero- dije alargando la "e"- no cualquier chico.

Imperfectamente PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora