Capítulo 4

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Después de que le aceptara la solicitud, no supe ya nada de Logan, me enteré de que mi papá había ido a su casa algunas veces mas en esa semana pero yo no iría, creo que sería demasiado obvio.

(...)

Salí de mi cuarto demasiado rápido y bajé las escaleras lo más veloz que pude, antes no me maté, ya habían pasado más de 5 minutos desde que Alex me había avisado que estaba esperándome afuera, y si no me apuraba llegaríamos tarde a clases y yo necesitaba ir antes con un maestro a entregar un proyecto.

-Adiós, Alex me espera afuera- dije pasando rápido por la cocina donde se encontraban mis padres y me seguí de largo hacia la puerta.

-¡Pero necesitas desayunar!- me gritó mi mamá desde la cocina.

-¡Alex trae desayuno!- grité abriendo la puerta y salí rápido, mentí, pero si no no me dejarían ir.

Entré al carro de Alex que me recibió con un fuerte abrazo y besó mi frente, él era como mi hermanito y siempre, o bueno, la mayoría de las veces era cariñoso.

-Hola Sofi- dijo mientras arrancaba el auto, la escuela no estaba lejos, pero teníamos que haber llegado hace 5 minutos.

-Hola- le sonreí, él se rió al notar lo agitada que estaba.

-Insisto en que puedes acompañarme al gimnasio después de clases, yo seré tu entrenador.- sonrió y me giñó el ojo, yo rodeé los ojos ante su comentario.

-Tengo cosas más importantes que hacer que estar en forma- volteé hacia la ventana y bufé, el rió por lo bajo pero lo escuché aún así.

-No dije que necesitaras estar en forma, pero si condición.- aún así me sentía ofendida, pero como sea.

-Lo consideraré.- que mentira.

Llegamos a la escuela y tomamos nuestras mochilas que se encontraban atrás de su carro y nos bajamos, él y yo compartimos la mayoría de las clases, lo que me ayudaba a no sentirme sola. Me separé de el para ir a buscar a un maestro y entregarle su maldito proyecto, pero en el camino me encontré una cara conocida, pero no de la escuela.

-¿Sofia?- me preguntó él con su perfecta voz y yo asentí.

-¿Qué haces aquí?- así soy yo de amable siempre.

-Mis padres me quisieron cambiar de escuela y tu padre nos dio esta opción, vine a traer documentos a ver si me aceptan.- o sea, ¿El chico guapo que yo ya conocía entraría a la misma escuela que yo? Bueno, esta puede ser mi oportunidad.

-¿Y crees que te acepten?- no, no se me ocurrió algo mejor.

-Posiblemente, soy buen chico.- sonrió de lado como si él fuera la gran cosa, aun que bueno, tal vez lo era.

-¿Por qué aquí si me hablas, y en tu casa me veías como bicho raro?- la duda me estaba matando y ésta era mi oportunidad.

-No lo sé, tal vez por que mis padres me ponen nervioso.- sería mas lindo si hubiera contestado que yo lo ponía nervioso, pero no todo era como yo lo deseaba. La mayoría de las chicas nos veían raro mientras hablábamos, aunque a él lo veían con otras intenciones, pero bueno, es demasiado guapo.

-Te entiendo- reí- bueno me voy, tengo que entregar el proyecto.

-Fue un gusto verte.- Aja, un gusto, ni él se la creyó.

Un momento, ¿siempre soy así de pesimista?

Seguí caminando y le entregué el proyecto al maestro, me dió mi calificación que de todos modos no aumentó lo suficiente y me fui rápido para lograr llegar a mi aula, dónde posiblemente ya estaría Alex, perdí algunos valiosos minutos con Logan, pero valía la pena.
Llegué al salón y me senté con Alex, que él estaba en su telefono, y debido a la sonrisa que tenía ya se que estaba haciendo.

Imperfectamente PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora