–Mamá...– pregunté susurrando aterrada.Angustiada giro mi cabeza hacia todos lados tratando de buscar a mi mamá, mis manos sudan de lo nerviosa que me encuentro, trato de limpiarlas contra mi vestido, pero continúan sudando.
Sin percatarme de pronto puedo sentir como unas manos se cierran en mis ojos haciendo que se me erice la piel mientras me retuerzo por el susto, me han dejado vendados los ojos. Si antes no veía nada, ahora es peor.
–¿Mamá? ¿En dónde estás?– Pregunto de nuevo esta vez elevando un poco más la voz. No sé qué está pasando, ni porque estamos en este lugar, todo lo que siento es un estupefacto olor a pudrición mezclado con moho. Mis manos siguen sintiéndose sudorosas a pesar de que está helando en este sitio.
–Mami, quiero irme, esto me asusta... ¿en dónde estás? No puedo verte– digo al viento mientras intento desatar mis manos unidas por detrás en mi espalda y así poder desatar mis ojos.
–Shhhh... Calla mi niña, caaallaaa...shhh–la voz de mamá se escucha a lo lejos en pequeños susurros. Siento un hueco en el estómago cuando la escucho hablarme así, con voz neutra y pacífica, como si todo estuviese bien.
Pego un pequeño brinco cuando siento que alguien me acaricia mi largo cabello, pasando mechón por mechón entre sus dedos.
–¿Mami?
Me retuerzo ante el extraño tacto, intento pensar en algo más para así tranquilizarme, pero no puedo, no sé en dónde estoy ni por qué me sientan sobre ésta fría silla con las manos y los ojos atados.
Antes de salir de casa mamá me había dicho que iríamos a la casa de una amiga.
Respiro hondo y trago saliva repetidamente. Mis manos están temblorosas, mi cuello se siente mojado en sudor. Para tranquilizar el temblor que está comenzando a recorrer todo mi cuerpo, me pellizco la palma de mi mano contraria, clavándome las uñas cada vez más fuerte, esperando a que todo esto sea sólo un mal sueño.
–¿Está lista?– una voz ronca se escucha haciendo eco por todo el lugar. No puedo distinguir si es de un hombre o de una mujer. Lo único que quiero es salir de aquí.
–¡Si!– la voz de mamá se escucha a lo lejos pero se perfectamente que lo acaba de decir emocionada y feliz.
>>Peor aún para mí. Oh Dios. Si puedes leer mis pensamientos, sácame de este lugar... por favor...<<
La voz de mamá no es feliz por algo bueno, la conozco bien para saber que su emoción es como aquella vez cuando intentó matar a papá, con la mirada perdida, con el rostro desfigurado y una sonrisa enorme que abarcaba la mitad de su cara.
Vuelvo a tragar saliva compulsivamente cuando otra voz se escucha.
–Llamaré a Rams– ahora era la voz de una señora anciana, lo sé porque había sonado como si estuviera arrastrando las palabras y algo desgastada, igual a la voz de mi bisabuela.
Las caricias toscas y duras de mi cabello se han detenido, y vuelvo a intentar con mayor insistencia en desatar mis muñecas.
Me enfurece no poder ver nada, sólo puedo escuchar varios murmullos a lo lejos, como cuando entras a una iglesia y varias personas están sentadas orando, hablando en voz baja y a la vez todo en silencio.
Con cada segundo que pasa, mi ansiedad y nerviosismo aumenta cada vez más.
Hace unos días, escuché a mamá hablar con alguien por teléfono, podía oír como ella hablaba de mí, indicando que la semana que viene iba a cumplir once y que sería el momento indicado. Probablemente es por eso que estoy aquí, tal vez solo quieren jugarme una broma por mi cumpleaños... pero todo se ha vuelto muy extraño desde entonces, mamá últimamente le habla a las paredes, no sale de su habitación, ni para comer, ni para ir al baño, a excepción de los días sábados, que es el día en que un grupo de señoras con atuendos largos y negros llegan a la casa por las noches y se reúnen en la sala.
De solo verlas me entra el pánico y las evito a toda costa, no sé qué es lo que hacen ahí, y no me interesa por lo que prefiero encerrarme en mi habitación.
Siento de pronto que me quitan el vendaje y mis ojos tardan unos segundos en adaptarse.
Cuando logro ver con normalidad me doy cuenta de que estoy sola en una habitación grande, o al menos eso creo porque no se puede ver ni su principio ni su fin, todo está a oscuras a excepción de un pequeño foco amarillo que tengo justo sobre la cabeza.
Unos pasos se escuchan a lo lejos detrás de mí y una puerta se abre... o se cierra, no sé, pero se escucha algo chirriar, parecido al sonido de una puerta de metal. Los pasos se escuchan cada vez más cerca de mí y conforme avanzan comprendo que no son pasos de alguien con zapatos, no claro que no, ahora se escuchan los pasos de unos pies descalzos haciendo un eco sordo.
El sonido es cada vez más fuerte lo que significa que está cada vez más cerca de mí, quiero voltearme, encararlo y acabar con ésta espera... pero me asusta la idea al mismo tiempo.
Así que permanezco con la vista al frente. Algo está mal con todo esto.
El foco que tengo arriba comienza a hacer un ruido extraño, levanto mi cabeza y veo como la luz se vuelve más y más tenue conforme la persona avanza hacia mí, haciendo unas extrañas formas y sombras en la oscuridad.
Son muchas sombras las que veo danzar frente a mis ojos, y no pertenecen a mí, lo sé porque son deformes, no parecen ser las de una humano, ni las de un animal... .
–Puella vos es perfectus mihi– una voz muy ronca y profunda susurra esas extrañas palabras a mi oído y me asusto al sentir su aliento repentino tan cerca de mí, no sé bien lo que significan pero me causan escalofríos. Reconozco que se trata de un hombre mayor por su voz. Me acarician unas frías manos el cabello de nuevo, yo comienzo a temblar involuntariamente.
Siento que tengo frío y al mismo tiempo estoy sudando de pies a cabeza, mi corazón palpita fuertemente en mi pecho y mi respiración está acelerada, igual que cuando corro en el recreo.
Quiero gritar pero no puedo, siento la garganta seca y no me sale la voz, quiero a mi mamá.
El extraño sujeto aún no me deja verlo a la cara, sólo siento sus manos subir y bajar una y otra vez por mi cabeza, como si una adivina, o como se llamen esas señoras, estuviera tocando una bola de cristal, arriba y abajo, una y otra vez, mientras tararea con un ritmo extraño, que totalmente desconozco, pero que suena como esas extrañas melodías que escucha mamá en la casa en un idioma ajeno al mío.
Inconscientemente comienzo a sentir los párpados pesados, quiero abrirlos, pero no puedo, lo único que siento es que unas de sus manos se detiene en la parte posterior y la otra en la parte inferior. Unas largas y filosas uñas rasgan mis mejillas. Su mano inferior, la cual está en mi mandíbula, se cierra apretando con fuerza...–¡Auuuuuuuu...!– grito del dolor. Es demasiado preciso su agarre y la presión en mi mejilla es cada vez más fuerte.
Puedo sentir un líquido correr por mi cara goteando en mi cuello, lo primero que se me ocurre es sangre, y eso me asusta mucho. Quiero protestar, gritar y salir corriendo pero no puedo. Tengo un mal presentimiento de esto.
>>Me siento totalmente inútil<<
Mi cuerpo no responde a mi cerebro y un calor se empieza a sentir en mi pecho como bola de fuego que quema todo a su paso, me invade cada vez haciéndose más grande, siento que estoy ardiendo y quemándome viva por dentro y no puedo moverme, me cuesta respirar, trato de inhalar... pero esa extraña bola de fuego no me deja.
Ahora no es sólo mi pecho el que quema, también es mi cabeza, siento como si me va a estallar en cualquier momento... me siento mareada...
–Nunc te mea– me susurra de nuevo al oído y la luz se apaga dejando todo en penumbras.
Se escucha el grito desgarrador de una mujer.
–¿Mamaaaaá...?– logré decir con la voz entrecortada, mi intención era gritar, pero el simple hecho de hablar es demasiado agotador y doloroso.
De nuevo se vuelve a escuchar ese grito pero ahora se corta en medio quejar. Quiero ir y consolarla, se bien que es ella y algo le está pasando...
De pronto siento un líquido caliente y espeso en toda la cabeza, éste escurre por mi rostro cayendo a gotas en mi ropa empapándome. Esas frías manos ya no están sobre mi cabeza, ahora suben por mis piernas levantando mi vestido con ellas y pierdo el conocimiento...
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My Own Soul © (Editando) #Wattys2017
Mystery / ThrillerTodos le tememos a la oscuridad y ella se alimenta de eso... "El terror de mis relatos proviene de la densa oscuridad de mi corazón" -Edgar Allan Poe- Nota: Este libro es totalmente mio, producto de mi siniestra imaginación.