Continuación...
Puedo sentir mi rostro contraerse ante el intento fortuito de salir huyendo, pero el resto de mi cuerpo parece no tener vida al obligarme a no dejar de ver esa sonrisa y la forma en que esa boca se vuelve más grande y deforme, agrietando las comisuras de sus labios conforme me sonríe, como si estuviera burlándose de mí. Sus ojos están inyectados en un negro absoluto, en ellos lo único que se pueden ver es pura maldad, sin rastro de vida.
El piso bajo mis pies se tambalea y la habitación comienza a dar vueltas a mi alrededor, no puedo hacer ni ver nada, a excepción de esa cara diabólica y escalofriante que tengo frente mi. Sus penetrantes ojos negros se graban en mi memoria.
Agitada por la sensación de mareo obligo a mi cuerpo a ponerse de rodillas pero es inútil, todo gira cada vez con mayor fuerza y precisión. La cabeza comienza a dolerme, siento unas inmensas punzadas en las sienes y con cada segundo se vuelve más difícil respirar.
–Alto. Alto. Alto...– repito varias veces sofocada.
Un líquido comienza a brotar de mis ojos y oídos empapando mis mejillas, puedo sentir que es tibio al rozar mi piel. Estoy a punto de perder el conocimiento totalmente resignada a morir en este lugar. La cabeza me palpita cada vez con mayor fuerza, el líquido cada vez se vuelve más abundante y sale con más prisa.
El aire ha dejado de llenar mis pulmones y mi pecho quema ante la sensación de falta de aire en el. Grito por última vez cuando mi cuerpo es elevado a la nada y sombras oscuras me rodean.
Una figura alta se asoma por encima de mi, no distingo de que se trata solo puedo ver que no pertenece a la de un humano...
(***)
–¿Todo bien aya dentro?
Se escucha que alguien me habla a lo lejos y un silencio se vuelve a hacer presente.
–Sam, ¿está todo bien?
No reconozco a quién pertenece esa voz. Abro mis ojos con dificultad y me concentro en mantener mis ojos quietos. Todo alrededor me da vueltas, estoy tirada sobre un azulejo blanco y la situación empeora al ver que estoy totalmente desnuda.
–LLevas más de una hora ahí metida y no contestas cuando te hablo. Estoy empezando a preocuparme. ¿Debería de llamar a alguien?– dice una voz masculina bastante grave mientras tocan a la puerta.
–¿En dónde estoy?– susurro bastante agitada.
–¿Estás bien preciosa?
–¿En dónde estoy?– digo esta vez un poco más fuerte.
–Santo cielo. ¡Al fin me contestas!– exclama dramático.
–¿Quién eres?– pregunté alarmada.
–Hey!, estás comenzando a asustarme... Abre la puerta, necesito saber que estás bien.
–No puedo. Estoy des... ¿Has visto mi ropa?– proteste presa del pánico.
–Si, está tirada por toda la habitación... ¿Segura que estas bien? ¿Acaso no recuerdas nada? ¿es enserio?
–¿Quien eres y por qué estoy aquí?
Tengo miedo... me siento despacio y me abrazo a mi misma.
–Escucha Sam... ¿Ese es tu nombre cierto?
–Si. Me llamo Samantha, ¿Cómo sabes mi nombre?
–Hace más de una hora me reclamaste diciendo que no te llamabas así. Y ahora me dices que si te llamas así. Enserio no te entiendo. Me estás volviendo loco, creo que si te fumaste una buena– su voz suena frustrada.
Todo se torna muy confuso para mi, no se en donde estoy, ni por qué pare en este baño y lo único que recuerdo fue que me había quedado afuera de mi departamento con las llaves dentro y luego... Luego no sé qué pasó.
–¿Vas a quedarte ahí para siempre?– me habla de nuevo el hombre extraño.
Y ¿si ese hombre es un secuestrador y quiere violarme? o peor aún, ¿si ya me violó y por eso estoy desnuda y no recuerdo nada?... –Oh Dios mío– susurro por lo bajo.
Debo de salir de aquí lo más pronto posible...
Busco a mi alrededor en busca de algo con que tapar mi cuerpo desnudo y me encuentro con una sábana enrollada a mis pies. Me levanto despacio y me envuelvo en ella. Al estar de pie me topo de frente con un pequeño espejo roto justo por la mitad, y en el no se refleja nada. Me coloco de puntillas tratando de ver mi rostro pero es en vano.
La puerta a mi lado se abre dejando ver a un hombre alto, musculoso y lleno de tatuajes.
–Tuve que forzar la puerta, me tiene muy preocupado tus cambios repentinos de personalidad...
–Yo no estoy loca– digo de inmediato a la defensiva.
–No es eso lo que quise decir– contesta evitando verme a los ojos.
–¿Cómo es que sabes quien soy? y ¿por qué estoy aquí?– le digo enfrentándolo.
–Enserio preciosa, me estás asustando.– dice alzando una mano hasta mi mejilla.
Me alejo de inmediato y mi cadera golpea el lavamanos.
–Sabes que, olvida lo que acabo de decir. Solo muéstrame en donde está mi ropa y me iré– pronuncié más para mi que para él. Creo que he tenido otro de esos episodios y posiblemente no recuerdo nada debido a eso.
Me siento desorientada y extraña.
Camino fuera del baño pasando a su lado y mi cuerpo se detiene de golpe al ver que está desnudo... Mis ojos van a parar hasta su miembro y me sonrojo tapandome los ojos con una mano y salgo corriendo.
Una risa se escucha detrás de mí y eso provoca que me sonroje aún más. Nunca en mi vida he visto desnudo a un hombre, mucho menos he visto un "eso" en vivo y a todo color. Nunca he tenido relaciones con nadie... Ni con Marcus.
¡Marcus! debe de estar preocupado. ¿Cuanto tiempo habré estado aquí?
–Eres muy hermosa cuando te sonrojas– dice sacándome de mis pensamientos cuando susurra a mi oído y desliza una mano por mi cintura causando escalofríos en todo mi cuerpo. Me aparto y apresuro el paso buscando entre la ropa que hay tirada en el suelo.
–Anoche estuviste muy bien para haber sido tu primera vez.
Detengo mi búsqueda abruptamente y me giro para verlo. –No sabes de que estas hablando. Yo nunca he... ¡Olvidalo! pierdo mi tiempo– contesté evasiva.
Al tener toda la ropa entre mis manos maniobrando con la sábana que llevo a mi alrededor corro de vuelta al baño.
–Besar tus pechos fue uno de mis pasatiempos favoritos– dice detrás mía siguiéndome por toda la habitación.
Dentro del sanitario me cambio veloz y salgo apresurada ignorándolo. Este hombre está comenzando a asustarme, busco una puerta con mi vista y al encontrarla corro hacia ella.
–¿Te vas tan pronto y sin despedirte?– lo veo de reojo y él me mira con una sonrisa coqueta y cuando estoy justo por salir me jala del brazo izquierdo.
–¡Suéltame!– digo entre dientes jalando de vuelta.
–Anoche estabas feliz de tenerme entre tus piernas y hoy ni siquiera puedo tocarte– me habla apretando con más fuerza sin soltarme.
–No sé quién eres ni cual es tu nombre, tampoco sé como te conocí y mucho menos qué hago aquí– confesé irritada.
–Hay cosas que vas a ir aprendiendo con el tiempo.
–¿De que estas hablando?
–A Mindy también le gustó...
Mindy...
–Definitivamente no sabes de qué estás hablando– digo y nuestros ojos se encuentran.
–Claro que se de lo que hablo. ¿Acaso piensas que estás aquí solo por casualidad?...– hace una pausa y yo trago saliva. –Pues te equivocas– dice acercándose a mí –Ahora eres mía– termina de decir con sus ojos viendome hambrientos.
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My Own Soul © (Editando) #Wattys2017
Misterio / SuspensoTodos le tememos a la oscuridad y ella se alimenta de eso... "El terror de mis relatos proviene de la densa oscuridad de mi corazón" -Edgar Allan Poe- Nota: Este libro es totalmente mio, producto de mi siniestra imaginación.