Samantha
–Aún sigo amándote.–murmura detrás mía rozando sus dedos por mi brazo y deteniéndose justo por encima de mi mano tirando de mí hacia él.
Sentir su piel sobre la mía sabiendo que ahora está con alguien más y todo por culpa de mis delirios es algo demasiado duro para asimilar, no sé a dónde quiera llegar con decirme eso pero definitivamente no puedo seguir estando cerca de él más tiempo sin enloquecer en el proceso. Así que me pongo de pie de un golpe y sin darle tiempo a salir tras mía corro hasta la puerta principal, negándome a afrontar esta cruel realidad que ha venido a destruir todo a su paso en mi vida y que me ha dejado sola de nuevo.
Creo que estoy perdiendo la poco cordura que me queda.
Sollozando y hundida en mis pensamientos llego hasta los elevadores y mi pies descalzos tropiezan con algo punzante. –¡Maldita sea!–grito furiosa dándole una patada al extraño objeto y este se clava firmemente a mi dedo pequeño. Me quejo furiosa murmurando miles de maldiciones y me siento sobre el frío azulejo examinando mi pie detenidamente, lo primero que observo es una pulsera de plata con unos rubíes rojos incrustados alrededor y atados por unas púas entrelazadas.
Duele horriblemente.
Entro en pánico al ver unas pequeñas gotas de sangre caer mientras agito mi pie de arriba a abajo presa del dolor. Respiro profundo dispuesta a retirar la pulsera de mi dedo deteniendome a medio camino cuando escucho la voz de Marcus a mis espaldas. –¿Estás bien?– pregunta dando pasos en mi dirección. –Dame un minuto.–le respondo y retiro con fuerza a la causa de mi dolor. Me muerdo el labio al ver como va saliendo la enorme púa. –¿Qué tienes ahí?– pregunta ya a mi lado. Mi respiración es entrecortada y no logro articular respuesta alguna.
Me quedo sentada observando con curiosidad esa extraña pulsera y mis ojos captan un diminuto trozo de papel, lo retiro extendiendolo y leo su contenido. –Buscame. 11/03/2017.– leo en voz baja. Es lo único que se lee. –¿De dónde sacaste eso Sam?–pregunta Marcus de cuclillas y coge el pequeño papel. Sus ojos se entrecierran y me mira preocupado.
–No tengo la más mínima idea de qué está pasando.– confieso aturdida. Él asiente comprendiendo. –Déjame ayudarte– ofrece. Me toma por la cintura y me levanta con él, mientra caminamos de vuelta al departamento. –Tenemos que irnos pronto.–me dice una vez adentro y me recuesta sobre el sofá, mi mejilla acaricia la suave tela de las almohadas al hacer contacto con ellas. –¿A dónde se supone que "iremos"?–pregunto avergonzada, siempre me ha molestado ser una carga para las personas. –Puedes quedarte unos días conmigo...–habla aún de pie frente a mi.
–Acá fue en donde me pediste matrimonio. ¿Recuerdas?...– le pregunto sin verlo.– Después de la cena en mi cumpleaños, me trajiste hasta acá esperando a que estuviéramos solos y te hincaste...– susurro evocando aquel recuerdo. –¿A dónde quieres llegar con eso?–pregunta serio. –Eso fue hace tres años, cuando todo era normal a pesar de lo que siempre te sucede.– concluye sentándose frente a mi en el suelo. Las lágrimas continuaron cayendo por mis mejillas, no sé bien si sea por el dolor en mi pie o por el hermoso recuerdo. –¿En qué fecha estamos?– le digo ignorando su pregunta. –Hoy es miércoles uno de marzo, del año dos mil diecisiete, como ya te había dicho– pronuncia tirando de mí para que le vea mientras examina mi rostro. –Diez días.– susurro sonriendo triste.
Él parece comprender a qué me refiero y me abraza temeroso, el olor de su loción penetra de nuevo mis fosas nasales y me dejo llevar por ese dulce aroma tan peculiar.
(***)
Se ha hecho de noche y entramos en su auto al sótano de un enorme edificio. Subimos al elevador y nos bajamos en el piso trece.
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My Own Soul © (Editando) #Wattys2017
Misteri / ThrillerTodos le tememos a la oscuridad y ella se alimenta de eso... "El terror de mis relatos proviene de la densa oscuridad de mi corazón" -Edgar Allan Poe- Nota: Este libro es totalmente mio, producto de mi siniestra imaginación.