Adiós

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Pov: Levi

Hoy será el día de tu ejecución mocoso.

Caminé hasta tu celda donde te encontrabas llorando, culpandote a ti mismo mientras en voz baja pedías que te mataran.
Abrí la puerta y te saqué de aquel lugar, al salir nuestras miradas se encontraron y ambos nos paralizamos sin saber qué hacer, las lágrimas de ambos amenazaban con salir.
Lo único que atiné a hacer fue sujetarte de la cintura y darte un beso, uno como nunca te lo he dado. Sentí un sabor salado durante el beso y al separarnos me percaté que eran tus lágrimas que terminaron por salir y recorrer tu rostro. Al verte solo pude secar tus lágrimas con mis pulgares y besar tu frente para que dejaras de llorar. Nunca pensé que así sería nuestro último beso.

Luego de eso te llevé afuera de los muros ya que Erwin dejó que tu eligieras donde morir, llegamos a un punto tan lejos que el gas de mi equipo se terminó. Te coloqué las esposas y te agachaste con la vista en el suelo, sin poder mirarme a los ojos.

-Capitán, si reencarnamos en otra vida, déjeme ser de nuevo su amante y está vez si seremos felices juntos. No importa si no logré mi sueño de ver el mar, sé que ahora estaré en otra vida y me reuniré nuevamente con mi madre, ya no sufriré más. -su voz se apagaba lentamente.

-Adiós -dijo aquel chico del que me había enamorado.

Aquella palabra era una que nunca quería escuchar que pronunciaras, siempre era un hasta luego, hasta mañana, hasta pronto, palabras que aseguraban que iba a haber un después para nosotros pero al decir adiós significa que no nos íbamos a volver a ver.
Sonreíste, llorando me agradeciste, te despediste de los demás y...

Te encaje la espada en la nuca, provocando tú muerte instantánea.

Mis piernas fallaron y caí de rodillas frente a tu cuerpo inerte, no quería aceptarlo pero muy dentro de mi sabía que ahora estarás mejor. Tomé tu rostro con delicadeza entre mis manos y acaricie tus mejillas, aquellas mejillas que se tornaban de un rojo hermoso cuando estabas cerca a mi y las cuales ahora están frías y sin color.

Lloré, lloré como hace tiempo no lo hacía, desde la muerte de Isabel y Farlan no sentía tanta tristeza.

Lloré por haber perdido a alguien a quien tanto amo.

Lloré sabiendo que no iba a poder abrazarte más, no podía besarte, acariciarte, ver tu sonrisa, ver aquellos ojos destellantes de determinación, decirte cuanto te amo.

Lloré porque sabía que no iba a verte nuevamente, por aquellos recuerdos que atesoro dentro de mi corazón y nunca olvidaré, porque este era nuestro ultimo día juntos, por haberte perdido sin poder hacer nada.

Solté un grito de dolor desgarrador sin importar quien me escuchara, lastimandome la garganta en el proceso.

Llegó el arrepentimiento, estrujandome el pecho y causando dolor.
No te hubiese matado.

¡Simplemente hubiésemos escapado juntos! Y seguirías con vida.

Eren, déjame estar a tu lado.

En un movimiento rápido tomé la espada que utilicé para quitarte la vida y sin dudar la incrusté en mi pecho, terminando de caer al suelo sin fuerzas. Sentía como la sangre fluía de la herida y como de a poco me iba quedando sin fuerzas, solo escuchaba los gritos de Erwin y Hange mientras intentaban hacer algo por salvarme.

Lentamente fui cerrando mis ojos y dejé de oír lo que sucedía a mi alrededor.

Eren, tu y yo nos volveremos a ver en otra vida, cueste lo que cueste.
Aquel fue nuestro último adiós en esta vida pero habrá una siguiente donde seremos felices juntos.

Ahora, mi cuerpo inerte yacía junto al tuyo.

Cartas secretas para Eren JaegerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora