Capítulo 14. Parte 1.

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-Cinco besos. Puedes comenzar.

____ pestañeó hacia Harry mientras él bajaba su rostro hasta el de ella. -¿En la boca?

-Sí... ¿Dónde más?

Ella se inclinó hacia adelante y le besó los labios cerra­dos cinco veces con rapidez.

-Ahora es mi turno. -Se tomó más tiempo con las pequeñas caricias, delineando sus labios con la lengua, cam­biando la presión y el ángulo de su boca contra la de ella.

Le sonrió.

-Esta vez, voy primero. Cinco besos con la boca abierta.

Ella se estremeció cuando él deslizó la lengua dentro de su boca, reuniendo el fuego de deseo que había encendido antes. Sus manos permanecían aferradas a los postes de la cama; solo su boca se movía contra la suya en una delicada in­vitación a explorar su lujuria. Succionó su lengua dentro de su boca, y ella luchó contra el deseo de gemir. Harry besaba como los dioses y nunca dejaba de hacerla, incluso cuando de­seaba continuar con otras cosas.

A pesar de su cautela inicial, ____ sabía que la acepta­ción de ese lado de su naturaleza lo sinceraría con ella. Sentía como si antes solo hubiera rozado la superficie de su apetito sexual explosivo. Algo dentro de ella estaba encantado con sus avances escandalosos y respondía de la misma manera.

Para cuando la liberó, sus labios estaban hinchados y sus pezones tan tensos que le dolían. Le devolvió los besos, empujándolo hacia adelante con imprudencia, intentaba equi­librar sus propias necesidades voraces con el deseo de ganarle.

Él jadeó cuando ella retrocedió. En la coronilla de su pene brillaba la humedad. Su propio néctar le goteaba por el muslo.

-Es difícil, ¿no es verdad? -murmuró él -Intentar empujarme del borde sin lanzarte al abismo. Aún tenemos un largo camino por recorrer. Es tu turno. Cinco lamidas en cada uno de mis pezones.

____ sabía que adoraba que lo tocara de esa manera. ¿Sería su oportunidad de ganar? Con la primera caricia de su lengua, el pezón de él se endureció. Lo lamía lentamente, se deleitaba con la punta dura de su carne contra la suavidad de su boca húmeda. Las caderas de él se movían hacia ella, y su pene le rozó el estómago, dejando un vestigio de líquido naca­rado pendiendo entre ellos.
Harry bajó la mirada.

-Eso no cuenta. Es pre-eyaculación. Sabrás cuando acabe, te empapará. -Se inclinó hasta su pecho. ____ se sos­tenía de los postes de la cama con toda su fuerza mientras él lamía despacio su pezón y el aro dorado que lo atravesaba. Gemía desde su garganta mientras ella se estremecía; deseaba acabar. Su polla rozó su vientre otra vez mientras le besaba el pezón. Era tan fácil para ella bajar la cabeza y tomarlo en su boca, tan placentero succionarlo y tenerlo en su poder.

-____...

Ella abrió los ojos. Sus pechos brillaban por su boca bajo la tenue luz de las velas. Estaba tan cerca del límite que aún podía sentir el tirón del oro en su piel caliente. Un débil brillo de sudor moteaba el pecho musculoso de Harry al aparecer sobre ella como si antes solo hubiera rozado la superficie de su apetito sexual explosivo. Algo dentro de ella estaba encantado con sus avances escandalosos y respondía de la misma manera.

Para cuando la liberó, sus labios estaban hinchados y sus pezones tan tensos que le dolían. Le devolvió los besos, empujándolo hacia adelante con imprudencia, intentaba equi­librar sus propias necesidades voraces con el deseo de ganarle.

Él jadeó cuando ella retrocedió. En la coronilla de su pene brillaba la humedad. Su propio néctar le goteaba por el muslo.

-Es difícil, ¿no es verdad? -murmuró él -Intentar empujarme del borde sin lanzarte al abismo. Aún tenemos un largo camino por recorrer. Es tu turno. Cinco lamidas en cada uno de mis pezones.

____ sabía que adoraba que lo tocara de esa manera. ¿Sería su oportunidad de ganar? Con la primera caricia de su lengua, el pezón de él se endureció. Lo lamía lentamente, se deleitaba con la punta dura de su carne contra la suavidad de su boca húmeda. Las caderas de él se movían hacia ella, y su pene le rozó el estómago, dejando un vestigio de líquido naca­rado pendiendo entre ellos.
Harry bajó la mirada.

-Eso no cuenta. Es pre-eyaculación. Sabrás cuando acabe; te empapará. -Se inclinó hasta su pecho. ____ se sos­tenía de los postes de la cama con toda su fuerza mientras él lamía despacio su pezón y el aro dorado que lo atravesaba. Gemía desde su garganta mientras ella se estremecía; deseaba acabar. Su polla rozó su vientre otra vez mientras le besaba el pezón. Era tan fácil para ella bajar la cabeza y tomado en su boca, tan placentero succionarlo y tenerlo en su poder.

-____...

Ella abrió los ojos. Sus pechos brillaban por su boca bajo la tenue luz de las velas. Estaba tan cerca del límite que aún podía sentir el tirón del oro en su piel caliente. Un débil brillo de sudor moteaba el pecho musculoso de Harry al aparecer sobre ella.

-Es mi turno de comenzar otra vez. -Harry ja­deaba-. Esta vez voy a succionar tus pechos. Quédate quieta.

Tan pronto como sus labios se cerraron sobre su pe­zón, ____ supo que perdería esa batalla en particular. La pri­mera sensación de su orgasmo vibró a través de su cuerpo. Con un suave grito se inclinó hacia delante, sobre la seducto­ra curva del hombro de Harry. Lo mordía con fuerza mientras su clímax crecía y florecía en ella.

Cuando terminó de temblar,Harry se apartó. -Has perdido. Elijo abrir las cortinas.

Ella no podía evitar mirarlo mientras cruzaba la habi­tación a zancadas. Sus anchos hombros se estrechaban en una fina cintura y nalgas turgentes. Llevaba el oscuro manto de cabello recogido en la nuca. Su vista de frente era igual de im­presionante, con expresión arrogante y confianza firme.

-¿Deseas volver a jugar, o admites la derrota?

____ observaba de manera intencionada su miembro.

No podía permanecer con esa erección para siempre... ¿O sí? Había logrado su liberación; sin duda podría durar más tiem­po que él esta vez.

-Jugaré otra vez.

-Si pierdes, abriré la puerta. -Volvió a su posición delante de ella, sus manos otra vez asían los postes de la cama -¿Qué harás si ganas?

-Excluir a todos y hacerte el amor hasta que quedes de­masiado exhausto como para moverte por el resto de la noche.

Él levantó una ceja.

-Palabras atrevidas de una mujer que se toma en serio sus placeres. ¿De verdad crees que puedes dejarme exhausto?

-¿No es eso de lo que se trata todo esto? ¿Probar que soy capaz de ser tu plena compañía sexual? -Se puso tensa. Esperaba su respuesta. ¿Y si había destruido el hechizo y él se refugiara detrás de su máscara sonriente de cortesía insulsa?

Él sonrió.

-Es mi turno de comenzar el juego. ¿Estás preparada para jugar? -La besó cerca de la boca cinco veces. Una parte de ella se aliviaba porque él hubiera comenzado otra vez des­de el principio, el resto gritaba en protesta ante el incremento agonizante de sensaciones.

Para el momento en que Harry terminó de succionarle los pezones, ____ se dio cuenta de que era evidente que un orgasmo no era suficiente para aplacar sus sensaciones de necesidad. Harry parecía impasible ante su erección, que goteaba su pre-eyaculación de manera constante sobre la piel.

-¿Y luego qué? -Ella intentaba parecer tranquila, pero sabía que no engañaba a Harry.

-Claro, no has avanzado más de este nivel en el juego anterior, ¿no es verdad? -Él bajó la mirada hacia su pene -Cinco lamidas en la coronilla de mi polla.

-¿Y para mí?

Sonrió. La confianza ardía en sus hermosos ojos. -Cinco lamidas en el clítoris. Incluso te dejaré jugar primero, si lo deseas.

Impaciente ante la posibilidad de hacerlo acabar antes de tener que soportar el tormento de su boca sobre su sexo, ____ inclinó la cabeza y observó su falo. Gotitas nacaradas flo­recían de la abertura púrpura de la cima de su coronilla. Los músculos del vientre de él se contrajeron cuando ella lamió una gota de su pre-eyaculación en su boca con la delicadeza de un gato. Lamió otra vez, pasando la punta de la lengua por la abertura, explorando en su interior, moviéndose con rapidez en su carne hinchada. Él gimió en lo profundo de su garganta y empujó el miembro más profundamente dentro de su boca.

Cuando ella levantó la cabeza, él jadeaba, sus pupilas estaban agrandadas y negras, ocultando casi todo el color vio­leta. Él logró esbozar una sonrisa temblorosa.

-Cerca, pero no lo suficientemente cerca.

____ se puso tensa cuando él deslizó las manos por los postes de la cama y cayó de rodillas delante de ella, su sexo vi­braba con solo pensar en que la tocara. ¿Ya habría personas observándolos a través de los espejos y las mirillas? ¿Podría soportar sin acabar?

El primer roce delicado de Harry sobre su piel sensi­ble la hizo temblar. Su segunda caricia más fuerte hizo que deseara cogerlo del cabello y forzar su rostro contra ella hasta que la hiciera acabar con el vigor y durante el tiempo sufi­cientes como para que ambos quedaran satisfechos. Apenas resistía la intensa necesidad mientras él la lamía una y otra vez. Cada roce diminuto de su lengua incrementaba la tensión y acrecentaba su necesidad insaciable.

Él se relamía como si estuviera desesperado por probar cada uno de sus sabores. Ella se preguntaba si se vería tan de­pravada como se sentía. Estaba muy cerca de acabar otra vez, muy cerca. ¿La dejaría volver a jugar primero?

-Ahora cinco succiones de tu clítoris.

Se preparaba mientras él poco a poco volvía a arrodillar­se con los brazos aún extendidos. Solo su boca podía tocarla. ____ inspiró cuando se llevó el clítoris dentro de la boca. Los de­dos de ella se clavaron en los postes de roble de la cama mientras la enloquecía. Antes de poder detenerse, sus caderas se sa­lieron de la cama y se movieron dentro de la boca ávida de Harry. Llegó al clímax cuando oprimió la pelvis contra su boca provocadora, incapaz de detenerse incluso cuando mordió su clítoris y lo sostuvo con delicadeza entre sus dientes.

Su sonrisa al sentarse la puso furiosa.

-Has perdido otra vez. Abriré la puerta. ¿Tienes miedo de continuar? -Abrió la puerta de un golpe.

-No tengo miedo -le respondió ____ con brusquedad, incluso antes de darse cuenta de que era verdad.

Se volvió para mirada.

-Bien, porque lo estoy disfrutando.

-Yo también.

Se miraron el uno al otro en el pequeño espacio. -¿Cómo puedes permanecer tan erecto?

-Práctica. -Le guiñó el ojo mientras regresaba. Su miembro tieso apuntaba a su vientre. Antes de volver a su po­sición, soltó la cinta de su cabello -¿Preparada para jugar? —

Esclavos del sexo. [Harry Styles] {MUY HOT} |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora