【Declined】

【4】

Por fin llegó; ese día del que tenía miedo. El último día del año, el día de la fiesta de Katherine. ¿Tan rápido terminó el año? ¿Qué hice este año de provecho? Nada, cómo los demás. Sólo perder el único amigo que tenía.

Pero al menos algo bueno pasó, el chico de mis sueños me confesó sus sentimientos. Me terminaba de maquillar ligeramente las mejillas cuando mi celular sonó. Era Scott.

—Hola, Scott.

— ¿Ya estás lista, hermosa?

— Ya casi, sólo falta ponerme los zapatos.

— Bien, ya voy por ti. —sonreí ansiosa— Nos vemos.

— Chao.

Realmente estaba emocionada, hace mucho tiempo que esto no me sentía de esa manera. Vaya, cómo un chico puede poner mi cabeza al revés. Cuando terminé de maquillarme, me coloqué mis zapatos nuevos y bajé a la sala.

— ¿A dónde vas? —cuestionó mi padre. 

—Iré a una fiesta, ya les había dicho ¿Ustedes no saldrán?

— ¿Te importa mucho? —mi madre entró a la sala.

— Sinceramente, no.

El timbre sonó y caminé hacia la puerta.

— No llegues muy tarde. —me ordenó mi madre.

— ¿Te importa mucho? — Sonreí y salí de la casa. Me sentía vencedora por una vez en mi vida. Me frustraba que ella siempre gana con sus estúpidos comentarios sarcásticos.

— ¿Pasó algo? —preguntó Scott algo preocupado.

— Nada, nada. Vamos, se hace tarde — Lo tomé del brazo. Él sólo asintió, y comenzamos a caminar hasta casa de Katherine. Estuve en silencio en todo el camino, no me apetecía hacer ningún comentario ya que tenía sentimiento acumulado en mi pecho que podía salir en forma de lágrimas, y eso no sería bueno para mí, no permitiría que Scott me viera así. Y al parecer, Scott tampoco se esforzó por iniciar una conversación.

Al llegar al lugar, observé que desde el jardín estaba lleno de personas. Al parecer Katherine si invitó a todo el colegio. No me gusta estar en un lugar donde hay tanta gente pero, ya ni modo.

—¡Hola, Scotty! —Katherine corrió y abrazó a Scott. ¿No tiene vergüenza?

— Hola, Kath. Linda fiesta, será un fin de año espectacular.

— Lo será —soltó una risita y después me miró. — Hey, Hola, Ali. ¿Cómo estás? ¿Te agrada el ambiente? —me sonrió. Pero no era una de sus sonrisas hipócritas ni sarcásticas. Era una sonrisa amigable, o al menos, eso parecía ¿Quién era y dónde estaba la verdadera Katherine?

— Uh —me trabé—Pues, está bien, me agrada. —respondí

— Si hay algo que te moleste me avisas ¿Sí?—se dio la vuelta y se fue. Por primera vez, en tres años, Katherine fue amable conmigo. No entendía que pasaba ahora, hace tres días se burló de mi en el centro comercial. 

— ¿Estás bien, Ali? —cuestionó Scott.

— Sí, como nunca. —sonreí y caminé hacia la mesa de bebidas, serví un poco de refresco en un vaso y le di un sorbo. Su burbujeante sabor era tenue, no sabía como los demás refrescos. Seguro era mejor, las personas con más dinero sí que tienen otros lujos.
Disfrutaba de mi refresco mientras hablaba con Scott, hacíamos bromas, reíamos, todo normal. Hasta que alguien me empujó por accidente.

— Uh, Lo sient. . . —volteé a verlo cuando lo escuché hablar. Era Leonard. Cruzamos miradas, ambos nos quedamos rígidos ¿Qué debía decir? ¿Debía pedir disculpas? ¿Debía hacer un chiste? JODER. ¿QUÉ DEBÍA HACER?