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El esperado día llegó, aquel día que soñaba durante cada noche; esperando ver el regalo tan original que me daría Scott, mi novio. 

Por la mañana me levanté de la cama con bastante ánimo, bajé a la cocina con la inesperada sorpresa de que ninguno de mis padres estaba ahí. Aprovechando aquella ausencia, preparé panqueques para alegrar más mi día, mi vaso con chocolate no podía faltar tampoco. Cuando terminé de cocinar me senté en el comedor y disfruté del silencio de la casa junto a mi rico desayuno.

Cuando terminé lavé todo lo que usé, fui hacía mi habitación para comenzar a elegir que me pondría, estaba muy indecisa ¿Por qué no lo había planeado antes? No lo sé, estaba muy ocupada imaginando como sería este día.
Comencé a acomodar un poco mis cosas en el cuarto, lo limpié y organicé para matar tiempo, se supone que me encontraría con Scott a las cuatro y apenas son las doce del mediodía. Cuando terminé de organizar todo eran a penas las dos y media, así que le envíe una foto a Ángel; recuerdo que él siempre le encantaba ver mi habitación limpia y organizada, sólo esperé que aquella foto le sacara una sonrisa en su día ocupado.
Después me dirigí al baño para tomar una ducha y comenzar a vestirme para la ocasión ¿Qué decidí usar? Una blusa con estampado de rosas color rojo, unos jeans y unas zapatillas color rojo; me sentía de buen humor para peinarme, así que me hice dos trenzas. 

  — Hoy será un gran día —me dije a mi misma mirándome al espejo del baño.  Coloqué una gran sonrisa y tomé un bolso para comenzar a introducir cosas importantes que debía llevar: Mi cámara, mi móvil, lentes de sol,  incluso llevé protector solar, el sol se pone insoportable algunas veces. Eran las tres de la tarde así que tenía que apresurarme un poco, bjé a la cocina y preparé cuatro sándwiches para comer entre cada atracción, tomé mis llaves y salí de casa mientras le mandaba un mensaje a Scott avisándole que ya iba saliendo y que me dirigía al parque de diversiones. 

"Nos vemos en la entrada, cariño."  

Me coloqué los auriculares mientras esperaba al bus que me llevaría al lugar, el cuál no tardó mucho en pasar. Al subir comencé a elegir cuál asiento tomaría, al final encontré uno vacío al lado de una ventana. Cuando me acomodé bien en mi asiento, volví a enviarle otro mensaje a Scott.

"Voy en camino, bebé. El bus no tardó en pasar:)"

En ese momento no me preocupaba por el hecho de que no regresara mis mensajes, en ese momento yo estaba completamente concentrada pensando sobre el regalo, aún imaginando lo genial que sería ese día junto a mi novio. Incluso pensaba que lo peor que podría pasar sería que Kath y Leo aparecieran, pero de todas maneras, no les tomaría importancia. ¡Es 14 de febrero! ¡Recibiré un regalo de mi chico! A la mierda todos los demás.  

Estaba a punto de llegar al lugar donde debía bajarme, así que le envíe otro mensaje a Scott. 

"Ya estoy por llegar <3"

Mi estómago estaba como loco, podría creer que el parque de diversiones estaba en mi él, incluso me pellizqué varias veces para asegurarme que no estaba soñando despierta. Cuando me bajé del bus, caminé unas cuantas calles para llegar a la entrada del parque de diversiones; estaba un poco lleno por el hecho de que era domingo y encima 14 de febrero, seguro miles de parejas salieron a divertirse hoy. 
Me senté en una de las bancas que estaban en la entrada y le envíe otro mensaje más a mi chico. 

"¿Dónde estás? Ya llegué, cariño"

Cuatro y quince. Quizá se demoraría un poco por el regalo. . .Sí, por el regalo ¡Eso debía ser! Mi sonrisa no se borraba del rostro mientras miraba a todas las parejas y familias entrar al parque. Pasaron varios minutos y yo estaba entretenida mirando a un pequeño niño llorando en los brazos de su madre porque no quería entrar al parque, gritaba que tenía miedo de los juegos. 

Sé cómo se siente, yo también les tenía bastante miedo. Supongo que los miedos se van perdiendo conforme maduramos ¿No? Miedo a la oscuridad, miedo a los monstruos, a lo sobrenatural . . .Y cuando crecemos, es más algo cómo miedo a la soledad, a que nos lastimen, a morir. . .

"¿Estás bien?"

No estaba de más preguntar, quizá le había pasado algo y no me había avisado. Pero no había porqué preocuparse, a penas habían pasado veinte minutos. Cualquiera se retrasa veinte minutos. El sol comenzaba a salir más, tuve que moverme de banca porque me lastimaba un poco. Decidí llamar a Scott pero no contestó, quizá se quedó sin batería. 

Se me durmió una pierna así que me levanté y caminé por el lugar viendo como algunas familias ya se iban a casa, incluidas un par de parejas, otras más iban llegando. Una señora que llevaba un niño en brazos se le cayó un zapatito, así que lo recogí y se lo entregué, me agradeció con una amplia sonrisa. 

Volví a llamar a Scott, sin respuesta. Cinco de la tarde ¿Habrá tenido un accidente? Esto comenzó a ser preocupante, ya no importaba el regalo, quería saber cómo estaba él.
Volví a llamarle un par de veces, el sol comenzaba a ponerse ¿Ya era hora como para que hubiera llegado, no? Comencé a imaginar un millón de cosas que le pudiesen haber pasado a Scott, pero al final aclaraba mi mente diciéndome a mi misma que todo estaba bien, que él estaría bien.
Suspiré mientras me deshacía las trenzas, me dolía la cabeza. No había comido nada más que los panqueques en la mañana así que me comí uno de los sándwiches que había preparado.
Ya eran las seis con veinte y comenzaba a oscurecer, incluso el cielo se nubló, parecería que iba a llover.

—. . .¿No va a venir, cierto?— Me dije a mi misma mirando al cielo. Comencé a caminar hacía la parada del bus para irme a casa, resignada a que mi novio no aparecería.
Una sombra de gran altura apareció frente a mí caminando, no me di cuenta en qué momento. Entre más me acercaba me percaté de que conocía esa silueta de algún lugar, ese cabello rizado era reconocible.

— ¿Leonard? —lo llamé, volteó y me sonrió.

—Ah —se acercó a mí con total calma—Hola, Alice. 

—¿Qué haces aquí? 

No me contestó, gotas comenzaron a caer del cielo. Maldición, no había traído mi paraguas. 

—Hola, Alice—escuché una voz chillona detrás de mí, muy conocida.  Volteé y no pude evitar asustarme un poco, así que reí de nervios.

— ¿Kath? ¿Qué hacen aquí? ¿También vinieron a pasar el día?—cuestioné tratando de parecer tranquila.

— Uhm, algo parecido, sólo que también traje a Lana y Tori— respondió y las chicas aparecieron detrás de Leo.

¿Qué estaba pasando? 

— Y-Ya veo —tragué saliva mientras las gotas de lluvia se intensificaban y comenzaban a formarse charcos en la calle— ¿Saben? Tengo que irme, debo averiguar que le sucedió a Scott, porque teníamos que encontrarnos hace mucho aquí y eso. . .

Tenía que huir de ahí, rápido. No sabía que estaba pasando pero no me daba buena espina, un escalofrío recorrió mi espalda al ver que un chico se acercaba por detrás de Kath. . .Oh, no.

— Hola, Ali —sonrió de oreja a oreja— ¿Por qué esa cara? Pareciera que acabas de ver a un fantasma.

— Pero. . .Scott, tú. . . ¿Qué sucedió? —no entendía absolutamente nada, estaba asustada, pero también preocupada ¿Qué hacía Scott con ellos? ¿Por qué no había llegado a la hora que quedamos? ¿Estará bien quedarme aquí en vez de salir corriendo? Los chicos comenzaron a rodearme y yo saqué mi teléfono, pero Tori me lo arrebató. El miedo en mi ser se intensificó a tal grado de comenzar a sudar frío.


Alguien ayúdeme, por favor. . .

【Declined】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora