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No sabía qué decir o cómo reaccionar, los sentimientos volvieron a brotar de mis ojos en forma de lágrimas.

— Aw, Alice, no llores ¿Qué sucede?— ¿Cómo podía ser tan hipócrita?

—Ah, nada. Estoy bien—sonreí con un poco de fuerza y sequé mis lágrimas.

—¡Bien! Entonces regresemos a la cafetería—comentó Katherine tomando a Scott del brazo, y él me tomó de la mano, caminé tras ellos mientras intentaba no volver a llorar.

En las ocasiones que Scott estaba presente, Kath era bastante dulce, en cambio, cuando él se iba, el comportamiento de ella era cruel. ¿Cómo podría decirle a Scott que su mejor amiga era una doble cara conmigo?

Varias semanas después, cuando Scott y yo cumplimos un mes, pensamos que sería más divertido con amigos. A pesar del trato que Kath tenía conmigo, yo era una estúpida que quería pensar que todo era una equivocación. Me maldecía por dentro cada día a causa de no poder decir lo que pensaba y lo que sentía, y más en esos momentos.

Los amigos de Katherine decidieron quedar en los bolos, yo no tenia problema con ello.
Ese día me puse unos skinny jeans y una playera de American Horror Story, algo sencilla para ser el primer mes que cumplía con Scott, pero el lugar no era para nada formal.

Al llegar a los bolos, 10 minutos tarde de lo acordado, sólo encontré a Tom y a James. Les pregunté si sabían algo de Scott, a lo cual ellos respondieron que no. Lo llamé algunas veces, pero no contestaba, me preocupé, obviamente. 

Tom y James trataban de calmarme un poco, al menos ellos no eran crueles. Nos pusimos a jugar bolos para que yo me concentrara en otra cosa que no sea Scott.

Pasaron 40 minutos después de la hora en la que quedamos, y nos sentamos en una mesa para pedir de comer. Cuando llamamos al mesero para ordenar vi que Katherine llegaba en compañía de Tori, Lana y oh, oh. . .Leo.

En mi rostro se formo una notoria expresión de sorpresa, pero parecía como si a nadie le importara, excepto a Scott.

 —Hola, Ali— me besó. —¿Estás bien?—cuestionó algo preocupado. 

—Sí, amor—respondí mirando a Leo y a las chicas saludando a Tom y a James. 

 —¿Y eso que viene Leonard?— James cuestionó.

 — Sí, hace tiempo que no salías con nosotros, eh—intervino Tom.

¿Qué? ¿"Hace tiempo"? ¿Ya habían salido juntos? Esto era demasiado confuso. 

 —Pues hoy llamó preguntando los planes para esta noche— Kath comentó mirando el menú.

  —Lamento no venir muy a menudo— Leo comenzó a decirle su orden al mesero. Después de él, los demás comenzamos a ordenar, yo pedí una hamburguesa, ya que no se me ocurrió nada más. 

—Scott. . .—  Lo llamé casi susurrando.

—¿Qué pasa?—volteó a verme.

—¿Desde cuando Kath y Leo son amigos? 

—¡Somos Vecinos!—contestó Kath.  Vaya, sí que está en todo.

—Eh. . .Sí, somos vecinos, solíamos jugar cuando eramos pequeños— Leo añadió.

—Ya veo, nunca me lo dijiste. 

—No tenía porqué, tampoco eramos confidentes—contestó.

Creo que en ese momento escuché que mi corazón se partía, o quizá sólo era mi imaginación. Pero hubo cosas que sólo le confiaba a él, a nadie más. Maldita sea, eso dolió. Estaba a punto de comenzar a llorar. 

 — ¿Ali? —  Katherine me llamó. 

— ¿Sí? —volteé a verla.

— ¿Estás bien? —su preocupación era tan falsa como ella.

— Mejor que nunca —continúe comiendo de mi hamburguesa, Leo se quedó mirándome un rato.  

 Cuando todos terminamos de cenar, Tom y James se levantaron a jugar de nuevo, y por supuestos todos los siguieron. Excepto, Leonard, él se quedó a leer en la mesa. Típico de él. 

Después de una hora, me despedí de todos y salí del lugar. Pero antes de que comenzara a caminar alguien me tomó del brazo.

—Alice, yo. . .—

—¿Qué  sucede?—volteé, era Leo. 

  —Disculpa si no te lo había dicho, no creí que fuera importante—me miró a los ojos.

— No te preocupes, tienes razón —sonreí— Tranquilo —me di la vuelta y comencé a caminar—Nos vemos—

Cada paso que daba mi nudo en la garganta aumentaba tanto que llegó un punto en que ya no pude detener el llanto. Me sentía más patética aún, llorando en la calle. Claro que varias personas se quedaron mirándome, Ugh, que fastidioso. Pero no podía detenerme, dolía demasiado.

Cuando llegué a casa subí directamente ami habitación, para evitar cualquier encuentro con mis padres. Me coloqué mi ropa para dormir y me recosté boca abajo. 

 Suspiré levemente y pensé en mi hermano. No había respondido mi mensaje de año nuevo, claro. Quizá tiene mucho trabajo. Antes de poder analizar bien las cosas ya estaba llamando a Ángel, contestó su novia. 

  —¿Hola? 

  —¿Nina? Hola, soy Alice  

  —¡Alice! Cuanto tiempo, muñeca. ¿Cómo estás?—se escuchaba animada.

—Bien—mi voz se quería cortar—¿Y tú?—

 —Muy bien, preciosa. ¿Buscas a Ángel?

—Sí. ¿Está?

—Lo siento, salió a una junta. Cuando llegue le digo que llamaste. 

—Claro, Muchas gracias.

—Hablamos después, Alice, cuídate.

Y colgué. La única personas que podía escucharme tiene una junta, bah. ¿Qué más podía esperar de un hombre de negocios? Me quedé hasta las 3 am despierta, creo que a esto es a lo que llaman insomnio. A la mañana siguiente, lo que menos quería era ir al colegio, pero tenía qué. Al levantarme mis padres no estaban en casa, lo cuál me pareció bastante extraño, de todas formas me dio igual. Incluso el día en la escuela fue normal, ni siquiera Katherine me atacó con sus comentarios. ¿Todo sería una equivocación? No lo sé, pero creo que era el día más tranquilo que había tenido.  

Cuando iba de camino a mi casa junto a Scott, íbamos hablando sobre un proyecto en clase de Geografía, pasamos por un café en el cuál venden un asombroso Muffin de de chocolate, volteé hacia adentro al recordarlo, pero al voltear vi que estaba Katherine besándose con un chico, él chico me pareció algo familiar. ¿Sería un chico del colegio? Yo no sabía que tenía novio. Para acercarme más tuve que excusarme con Scott diciéndole sobre el sabroso pastelillo, pero al ver quién era me arrepentí por días de haberme acercado. 

Con quien estaba besándose era Leonard. 

【Declined】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora