Louis jaló sus cabellos lizos estresado y cansado. Literalmente se la pasó todo el día en su oficina terminando un trabajo realmente pesado que la empresa le había asignado. Quería dormir un mes completo, en serio anhelaba hacerlo. Le dio un sorbo a su café y siguió escribiendo lo más veloz que pudo.
Harry: Loulou.
Louis: (Desviando su vista de la computadora) Bebé, ya deberías estar dormido.
Harry: (bajando su vista al suelo; un puchero en sus labios) Sabes que no puedo dormir sin ti.
Louis: En serio quisiera mi amor, pero tengo que terminar mi trabajo.
Harry: ¿Puedo acompañarte?
El mayor asintió sonriendo. El rizado caminó hasta su novio y se sentó en su regazo. Restregó sus orejitas en su cuello haciéndolo ronronear.
Louis: (Ríe por las cosquillas que le producen las orejitas) Bebé, no me dejas hacer mi trabajo.
Harry: (Bosteza y frota sus ojos con sus puños) Tendré que convertirme en gato, Lou.
Louis: (Besa su frente) Buena idea.
El de ojos verdes corre a un lugar alejado para que no sea visto. Vuelve en segundos y se acomoda entre las piernas del de ojos azules. Se va quedando dormido al paso de las caricias en su piel por parte de Louis. Éste sonríe y continúa con su trabajo.
Cuando al fin termina, cierra su oficina y se lleva a su pequeño gatito en sus brazos hacia su habitación. Todo estaba oscuro pero pudo llegar a la cama. Harry se despertó y de inmediato cambió de forma.
Louis: Pensé que te daba vergüenza transformarte frente a mí.
Harry: Sé que no me viste, Lou.
Louis río y ambos se recostaron en la cómoda cama que compartían todos los días.
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