Deseos de amor [Shadonic]

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(...)

El moreno se encontraba en el hospital en donde anteriormente su esposo había estado... pero no se encontraba allí por algún accidente... si no por otra noble razón que el ericito azul le había pedido...

Uno de los sobres... el 9 para ser mas precisos, le hacía una petición algo inusual y que aunque el azabache se negó al principio, no podría negar uno de los últimos anhelos de su esposo...

~Salvar con su cuerpo muchas vidas más~

El cobalto, en un acto de nobleza había pedido que utilizarán las partes sanas que aún tenía en su cuerpo para salvar vidas que aún se merecían otra oportunidad...

Vidas, que a diferencia de la de él... sí tenían alguna salvación... él decía que así se sentiría vivo... siendo parte de la gente que necesitaba alguna oportunidad más...

Y después de esto... sus restos serían cremados... otra petición del erizo que poseía aquellas orbes esmeraldas.

El azabache se mantenía sentado en un sillón en una de las habitaciones, cabizbajo y con lágrimas corriendo por sus mejillas... Sentía su corazón partido en dos, y por desgracia una de esas partes ya no volvería... ya que esa mitad se había ido junto al alma de su amado...

Suspiró y escuchó alguien entrar a la alcoba, una enfermera acompañada de una pequeña niña entraron... el moreno había pedido saber quien sería uno de los beneficiados por la noble acción de su esposo, más nunca creería que fuera una niña tan pequeña.

Una pequeña murcielago de pelaje marrón y ojos rosados descansaba entre los brazos de la enfermera.

— Joven, ella es Suki... es a la que le practicaremos el transplante de médula osea.

El moreno miró con ternura la niña, sabía que sonic sería muy feliz ayudando especialmente a niños... después de todos ellos tenías una larga vida por delante.

—Hola, Suki —El de ojos carmín acaricio la cabeza de la pequeña. Miró a la enfermera algo triste.

— Sabe joven —habló la chica —... Gracias por todo... tanto a usted... como a su esposo —sonrió como último antes de salir de la habitación.

La operación de la niñita y de varios más pacientes fue un éxito... el moreno sólo había pedido ver a esa niña cada cuando... era lo único y los padres por suerte con gusto aceptaron...

—Un deseo más, mi amor...