*Narra Lía*
"No te enamores de un mujeriego" fueron sus últimas palabras y se fue. Quizá me esté enamorando de Ian, pero no creo que fuera un mujeriego.
-
Al siguiente día, ya después de comer, nos dimos cuenta que eran once personas en total, siete hombres y cuatro mujeres. Y ahora quedaban siete. Un chico había muerto de frío ayer.
Comencé a llorar, sentía que yo era la culpable de todo y Corinne me lo hacía notar.
- Lo siento. - les dije a todos, me miraron y no pude contenerme, me volteé para irme a llorar más y Él me detuvo en sus brazos.
- Tranquila. - dijo acariciándome el cabello.
- ¡Debemos dejar la misión! - gritó Corinne desesperada. - Estamos muriendo de a uno por uno, seguir sería estúpido.
Jade iba a callar a Corinne, pero Dracke la detuvo y esta se calmó.
- No podemos abandonarla. - Agregó Ian, luego me miró. - Estuve pensando anoche, y si la abandonamos, las muertes de nuestros amigos serían en vano.
Asentí, como todos los demás. Nadie hablo más nada, y arreglamos las cosas para continuar el viaje.
El camino se hizo más ancho, podían pasar dos personas de una, y yo con Ian ibamos primeros, caminamos unas dos horas y después vimos un enorme animal, negro y enojado, era extraño. Nunca antes visto, estabamos asustados y paralizados.
- Dracke, pásame el arma. - susurró Ian, y resivió el arma. Y al lanzar la primera bala, se la enterró en la cabeza, pero en vez de hacerle daño, lo enojó más y vino corriendo velozmente hacia nosotros.
- ¡Corran! - gritó uno del grupo. Y eso hicimos, ya que no teníamos otra idea, Ian seguía disparándole, el animal estaba muy herido pero no se veía así, ya que corría bien y todo, hasta que casi estaba a punto de tragarse a Corinne, esta lo empujó a la nada, haciéndolo caer, todos estaban asombrados con ella, hasta yo.
- ¡Eso fue sorprendente, linda! - gritó Ian. Aquella se lució y me miró engreída. Sentí celos pero a la vez gratitud por ella, asique la felicité, al igual que todos.
Seguíamos caminando, hasta detenernos para hacer una fogata.
Dracke comenzó a tocar una guitarra, todos estabamos felices, no completamente, pero de todas maneras, nos sentíamos bien. Corinne cantaba, y todos estábamos agradecidos por su acción de valentía al empujar al animal.Todo era tan bello, y de repente, calló otra rosa negra, la tomé en mis manos y decía: " Sigan adelante, el camino se acortará "
Grité esto, los demás me vieron.
- Déjanos disfrutar, Lía. Los salvé a todos. - agregó Corinne.
- Si, Lía. Corinne tiene razón. - combinó Ian.
Yo sentí desesperación. - Debemos seguir o moriremos todos.
- Yo te sigo. - dijo Jade.
Dracke la acompañó hacia mi.
- ¡No se irán a ninguna parte, estamos cansados! - se enojó Corinne y se dirigió hacia mi hasta quedar cortas de distancia. - mientras tu haces problemas, yo ayudo, y esas rosas son algo estúpido. - la sacó de mi mano y la tiró a la nada. - Y tu también eres algo estúpido. - me empujó.
Empecé a caer, veía todo en cámara lenta, mientras caía sabía que era mi fin.
Espero que les guste c:
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La Pluma Negra
Teen FictionLa cabaña había permanecido todo el día con húmedad. Los techos de madera estaban cada vez más débiles y parecía que con tan solo una gota más, se iban a caer. Aquella anciana llamada María, no necesitaba todas esas cosas, solo quería una PLUMA NEGR...