XIII

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El portal del templo se activó y las gemas salieron precipitadas. Amatista, Onyx, Jasper y Peridot estaban eufóricas tras la supervivencia en Ocean Town. Sin embargo, Garnet y Perla estaban preocupadas. Las tropas de Yellow Diamond podrían localizarlas e ir a por ellas. La diamante seguro que se enfadaría enormemente si descubría que el único lugar por el cual se puede activar el KinderGarten había sido destruido, y seguro que quería ver a los responsables muertos. Lapis fue la única que bajó tranquilamente del portal.

Amatista: Ha sido alucinante. Esa parte en la que nos hemos fusionado Onyx, para vencer a esas Rubys ha sido la mejor. Sobre todo cuando le hemos tirado escombros a una.

Jasper: Eso está bastante bien para un cuarzo defectuoso. Pero deberías haber visto cuando derrumbé un edificio para cortarles el paso a tres Rubys.

Peridot: Pues yo, una Peridot, he conseguido vencer una Ruby y a otra Peridot. Yo sola. —Steven apareció a su lado y la miró con cara larga—. Bueno, Steven me ayudó un poco.

Garnet, junto con Perla y Lapis, se acercó al grupo. Puso una mano en el hombro de Peridot y le dedicó una mirada a todos a través de sus gafas.

Garnet: No lo celebréis demasiado. Aún quedan tres Jaspers, nueve Rubys, siete Peridots, siete naves y... Yellow Diamond...

Las caras de todos cambiaron a preocupación en un segundo. Aunque pudieran vencer a lo que quedaba del pequeño ejercito, tendrían que enfrentarse a Yellow Diamond, y nadie había conseguido vencerla, ni siquiera los cuarzos más fuertes jamás creados.

Garnet: Steven, posiblemente ya sepan de nosotros y estén viniendo hacia aquí. Ve al pueblo y haz que lo evacuen. Puede que acabe como Ocean Town.

Steven asintió y salió corriendo de la casa.

[...]

Rose Quartz clavó la espada en el suelo blando y contempló la explana que se extendía ante ella, varios metros por debajo. Perla permaneció a su lado, con una espada en la mano, y montando guardia al lado suya.

Rose: Ha llegado el día —se giró para mirar a Perla—. No tienes que hacerlo si no quieres, aunque creo que ya es tarde para arrepentirse de las decisiones que hemos tomado. Perla, debes saber que si perdemos, seremos ejecutadas. Y si ganamos... no podremos volver a casa.

Perla: ¿A quién le importa, si lo único que necesito es a ti?

Rose sonrió y le puso una mano en el hombro.

Rose: Mi perla...

Entonces, los sonidos de la batalla empezaron. Rose contempló cómo las naves aliadas empezaban a avanzar, con su ejercito de Crystal Gems por debajo. Las tropas del HomeWorld también había empezado el avance, y sus naves empezaban a disparar. Garnet corrió, con sus guantes invocados, y se puso al lado de Rose.

Garnet: Ha llegado el momento.

Rose asintió. Cogió su espada y saltó por el borde de la roca flotante, seguida de Perla y Garnet.

[...]

Steven corría por la playa, de vuelta al templo. Había conseguido convencer al alcalde Dewey de que tenían que evacuar la ciudad inmediatamente. Después de un comunicado a toda la ciudad, la mitad de los habitantes de Beach City ya habían abandonado sus casas, yéndose solamente con lo necesario, y los demás no tardarían en unirse.

Steven estaba a punto de subir las escaleras cuando una mano le tocó el hombro. El muchacho se asustó y, mientras giraba rápidamente, invocó su escudo. Cuando vio de quien se trataba, se rio y le tendió la mano.

Ataque A Las Crystal Gems 3Where stories live. Discover now