- No creo que sea el mejor para confesarlo pero sí – y esa palabra calló como un balde de agua fría en mi cuerpo
- Lo… sabías – susurré - ¡Sabías que me engañaba! – grité a todo pulmón
- ______ no creí que fuese tan serio lo que tenía – Aseguró y comencé a llorar junto a la cama
- Me debiste haber dicho igual, ¡¿Por qué no lo hiciste?!
- Él dijo que te amaba, que… Sólo estaba confundido pero…
- ¿Pero qué? Vamos Luke, no te hagas el que no sabe nada. ¡Si hubiese estado confundido no me hubiese engañado! – Y sin más me tiré en la cama llorando – Desde… ¿Desde hace cuanto está con ella? – pregunté dudosa de querer saber la respuesta. Levanté la mirada y me encontré con un Luke nervioso con la mirada fija en sus pies
- No… No lo sé ______, yo sólo…
- Dímelo por favor, Luke – pedí
- Unos tres meses o quizás más – confesó
- Luke yo… - mi voz se apagó- Puedes irte y muchas gracias – la tristesa se notaba en mis ojos mas que antes, y si antes estaba mal ahora estaba peor.
- No creas que te dejaré sola, estás mal – argumentó pero ahora necesitaba estar sola, pensar.
- Por favor – y puse la mejor cara de perrito mojado que pude, es decir, ojos rojos e hinchados no me hacían ver muy tierna
- ¿Sabes que no te ves tierna no es así? – confesó y rió – Esta bien, pero con una condición.- dijo desafiante-
- ¿Cuál?
- No vuelvas a hacer eso – tomó mi brazo bruscamente a lo que solté un gemido de dolor – Lo lamento
- Está bien, lo prometo
- No confío en tus promesas
- Gracias – dije irónica
- Yo… Adiós – y de un momento para otro se perdió de mi vista.
Luke había dicho que nada de cortarse ¿ no es verdad? No dijo nada de fumar asta el limite o ir a emborracharme asta no poder recordar quien soy, tampoco dijo nada de consumir cosas que me hicieran daño. Me sentía mal, es decir, yo creía que Calum era la persona ideal, la persona con quien me casaría y tendría una familia. El me había dicho eso y ahora… todo se hiba a la m*erda, todo se derrumbaba. Llámenme ilusa o idiota pero tengo 20 años, claramente a esta edad todo se está acomodando uno intenta saber qué hacer con su vida, mi futuro en esos días tenia nombre y apellido Calum Hood.
Recordé todo antes de conocer a Calum y la vida de m*erda que llevaba. Drogas, alcohol, cigarrillos y cortes por todas partes de mi cuerpo era mi día a día hasta que lo conocí a él, tal vez la forma en que nos conocimos no fue la mejor pero al fin y al cabo el me salvo del infierno en el que vivía.
