Entrenadora

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Pov Ally

Hoy es viernes, lo que significa que debo ir al gimnasio. Voy todos los martes y viernes, por 2 horas, al gimnasio. Lauren es mi entrenadora y además, mi amor platónico. Ella es demasiado sexy, y desde que descubrí que es bisexual, mis oportunidades con ella aumentaron a un 3%. Ella es una de las principales razones por las cuales aún voy al gimnasio.

- Chicas, ya me voy - le avisé a mis amigas. Ellas aparecieron por la puerta y me miraron confundidas.

- pero si falta 1 hora para que habran las puertas del gimnasio - dijo Normani.

- Lo se, pero tardo media hora en llegar hasta allá -

- pero, si el gimnasio está, literalmente, a la vuelta de la esquina - dijo Dinah alzando una ceja.

- Sí, pero igual, quiero llegar temprano - dije alzando un poco más la voz. A veces cansan con tantas preguntas.

- Ok, tranquila - dijo Dinah levantando las palmas de las manos.

- Adiós - cogí mi mochila y la puse en mi hombro.

- Adiós, Ally - dijeron mis amigas a la vez.

Salí del departamento y empezé a caminar hacia el gimnasio. En realidad quería llegar más temprano para poder ver a Lauren por más tiempo. Llegué al gimnasio y toqué la puerta de vidrio. Después de unos segundos apareció Lauren, que al verme, puso una cara confundida.

- ¿Ally? ¿Qué haces aquí? El gimnasio abre en 1 hora - dijo Lauren a penas abrió la puerta.

- Lo se, solo quería saber si podrías hacer una excepción y dejarme pasar antes para poder entrenar con más... privacidad - lo último lo dije mordiendome el labio inferior haciendo que Lauren bajara la vista a mis labios.

- Ah, Ah... No creo que sea buena idea, Ally - dijo un poco nerviosa y rascándose la nuca.

- Por favor - puse cara de cachorrito triste.

- Agh, bien, pasa - se hizo a un lado dandome espacio para entrar - puedes ir a los vestidore a cambiarte, empezaremos con boxeo - yo asentí y entré a los vestidores.

Apenas salí vi a Lauren ya esperandome. Me puse los guantes de boxeo y me acerqué a ella.

- Bien, primero quiero que me veas - asentí. No tengo ningún problema con verla - después tu lo haras, así que presta atención -

Ella empezó a golpear el saco de boxeo. De vez en cuando lanzaba patadas. Trataba de concentrarme lo más que podía pero no podia dejar de ver su abdomen bien marcado y sus brazos. Dios Lauren ¿Qué me estás haciendo?

Termino de golpear el saco y me miró.

- Tu turno - tragué en seco. Caminé hasta donde antes ella estaba y suspiré - tranquila - la mire y me sonrió.

Empecé a golpear el saco como por 1 minuto hasta que termine. Ella asintió.

- Lo haces bien - caminó hacia mí - solo que trata de pararte más diagonal - agarro mi cintura con sus manos y me puso en la mejor posición y yo no podía estar más nerviosa. Como pude asentí y empecé a golpear el saco de nuevo. Ella estaba detrás mio, lo podía notar por el espejo que había enfrente de nosotras. Dejé de golpear el saco e hice contacto visual con ella a través del espejo - ¿Por que paras? - me gire hacia ella.

- Por esto - susurre antes de juntar nuestros labios. No podia aguantarlo, no más. Ella al principio no siguió el beso, tal vez porque la tome por sorpresa, pero después empezó a besarme de vuelta, pero con más intensidad. Abrió un poco más su boca y no tardo en que nuestras lenguas se encontraran. Su lengua empezó a explorar toda mi boca y la mía también. Antes de separarnos para tomar aire, mordí su labio inferior a lo que ella respondió con un jadeo. Nos separamos por completo y empezamos a tomar aire.

- Eso fue... increible - dijo después de que su respiración volviera a la normalidad. Puse mis brazos sobre su cuello y la besé de nuevo, pero ésta vez, más lento. Nuestros labios se movían a un ritmo perfecto y nuestras respiraciones también. Lauren separó sus labios de los míos y junto nuestras frentes - no sabes cuánto tiempo he esperado para hacer éso - sonreímos y yo acaricié su mejilla.

- Yo también, desde la primera vez que te vi no pude despegar mis ojos de ti, eres muy linda - ella sonrió y se separó de mi.

- Creo que deberíamos tener más clases privadas - dijo a lo que yo reí. Ella fue hasta la puerta principal y la abrió.

- Sí, estoy totalmente de acuerdo - sonreí.

Alren - One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora