La ventana y la carta

Loca

  Hoy es sábado. Hace calor y traje algo de helado para el refrigerador de mi hermano.
  He decidido dedicar este día a buscar más información sobre la mujer dibujada, los conserjes no me dicen nada pero seguramente  sus vecinos sabrán algo.
  Entro al edificio sin mayor problema.

    — Voy al séptimo...
    — Adelante.

  No encuentro a ningún otro residente en el camino al ascensor. El edificio es tan frío y antiguo como el del frente. Creo que son de la misma época.    

  Llego al séptimo piso y paseo con cuidado por el pasillo luego de bajar del ascensor.  Hay una reja abierta que da a un largo y estrecho balcón que no pertenece a ningún departamento. Hay uno así en cada piso.  En el balcón hay un hombre alto de pelo corto, fumando. Mi oportunidad.

   — Disculpa ¿tu vives en este piso?
   — Sí ¿Por qué? Ah! Tú eres la loca de en fren... 

  El tipo se quedó helado y rojo, seguro no planeaba decirme eso a la cara. Trato de ignorarlo.

    — ¿Me conoces?
    — Bueno, tú eres la vecima nueva del edificio de enfrente ¿no? A veces te veo hablando sola en el balcón.
  La roja ahora soy yo. Pero tengo que continuar.
    — Sí, estoy viviendo en el departamento de mi hermano. Él solía dibujar este edificio desde su balcón, y estoy buscando qué dibujaba. ¿Conoces a esta mujer, es vecina tuya?
  El tipo miró los dibujos que le enseñé mientras negaba con la cabeza.
    — La verdad es que no, pero me gustaría. Su balcón tiene la misma grieta y balaustra saltadas que el mío, pero al otro lado. Si nos quejamos los dos seguro que la administración nos escucha.
Estoy helada. Él es el dueño del departamento.
    — ¿Podrías mostrarme tu departamento?