La ventana y la carta

Distancia

  A través del reflejo del cristal más antiguo del ventanal, veo a la mujer dibujada. Ella me ve a mi.
  Me doy cuenta que, mientras yo veo todo su balcón, ella apenas puede ver mi rostro y parte de mi torso.
  Retrocedo un poco para que pueda verme mejor, bajo el teléfono y la saludo con la mano. Ella saluda de vuelta y sonríe sorprendida. Deja el jarrón de agua en el suelo y entra al departamento.
No! Espera!
No puede oírme. Pienso en encender nuevamente la linterna del teléfono, cuando ella vuelve a asomarse al balcón, esta vez seguida por otra persona. Es mi hermano Bernardo.

  Ella le toma la mano, y le señala el balcón de enfrente, donde estoy yo. Bernardo entrecierra los ojos y mira hacia el cristal antiguo del ventanal. Yo enciendo la linterna e ilumino mi cara para que él vea mejor mi reflejo. Bernardo se sorprende, pero luego sonríe con alegría, me apunta mientras habla de algo con la mujer dibujada.
Mi hermano me saluda moviendo la mano y, con una sonrisa, me señala a la mujer dibujada, luego señala su otra mano, que sostiene la mano de ella. Le da un beso y sonríe.

  Apunto con el dedo a ambos alternativamente ¿Están juntos? ¿Son pareja? "Sí" es la respuesta, Bernardo sonríe y asiente. Yo levanto las cejas, lo apunto a él y luego levanto el pulgar ¿Estás bien? "Sí", sonríe aún más. Ahora levanta las cejas y me apunta a mi "¿Y tú?"... Yo me encojo de hombros, miro a los lados y me tiro un mechón de cabello "¿Berna, qué es todo esto?", él se ríe. La mujer dibujada escucha algo tras ellos, luego aparece más gente, tratan de esconderme. Berna besa la palma de la mano con la cual se despide de mi antes de entrar al departamento.

Suspiro... ¿Qué ha sido todo esto? Aún tengo el teléfono en la mano cuando empieza a sonar; es Félix.
    — ¿Luisa? ¿Tu departamento es el 703?
    — ¿Cómo lo sabes?
    — ¿Tu segundo nombre es Alejandra?
    — Sí, ¿Cómo sabes eso?
    — ¿Puedo subir a tu departamento un momento? Es importante.