Inferior.

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~Antes de ser humana, soy la herramienta de mi Bocchan. Eso antes qué nada~

Sostengo el cilíndrico plástico con notable molestia. Lo agito por octava vez escuchando el casi insoportable sonido de las celestes píldoras chocar contra la pequeña cilíndrica estructura y entre ellas. Hice una mueca en disgusto, nunca me gusto la medicina. Desde muchos eventos inoportunos, Mikan me dio las píldoras. Según ella para mantenerme físicamente estable, mi sistema está fallando y ella lo único que quiere es ayudar. No iba a negarme a eso.

Abrí el frasco depositando dos píldoras en la palma de mi mano izquierda y seguidamente me los trague. El amargo sabor pasaba por mi garganta pero no chiste. Estoy cansando, es todo. 
La tenue luz que teñía mi cabina le da un aire melancólico, chaquetas que ya hacían ahí desde hace un tiempo estaba en diversos lados del suelo y mi corbata guindaba de una pequeña lámpara que hay en un mueble a la derecha de mi cama. No es aquel viejo Dojo donde ella y yo crecimos o mí no muy ordenada habitación pero es el único lugar en donde puedo meditar en paz.

Suspire. Nada es lo mismo. ¿Verdad?

Hinata no tiene a Chiaki.

Akane no tiene a Nekomaru.

Sonia no tiene a Gundham.

Souda no está al alcance de Sonia por más que lo intente.

Komaeda y Mikan se tienen el uno al otro, típico cliché de película a blanco y negro.

Murmure maldiciones al pensar en los últimos mencionados, parecen totalmente una pareja de casados. Bastante meloso en mi opinión pero; maldita sea ellos tienen suerte. Cerré el ojo dejándome caer en el suave colchón, las suaves sábanas blancas son tentadoras —Cuatro horas durmiendo en un sofá lo hacen— no solo por su dócil textura oh pero su maldito olor. Es hipnotízate si cierta amada persona huele. Ruedo mi cuerpo a modo que mi cara quede apoyada en las sabanas.

Morfe mi nariz en ella, aspirando su olor; la migraña y las preocupaciones desaparecieron. Me trae paz en solo recordarla.

Caí en brazos de Morfeo. No puedo más, quiero estar con Peko, abrazarla y quererla. Diciéndole que es una persona muy importante para mí. Reí un poco entre sueños imaginándome a Natsumi cantando 'Ya viene la novia', realmente...perdí a dos mujeres importantes.
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Inútil.
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Cabeza hueca.
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Tarada.

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Estúpida.

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Débil.

—No lo eres.-Murmuro una voz entre las 4 paredes de lo que parece ser—O tal vez fue— Un salón de entrenamiento. —Es mi puta culpa, Peko.

La fémina se dio la vuelta en dirección a la vieja puerta corrediza, allí esta. Su 'Bocchan' herido, por su culpa.

Su mejilla tiene un pequeño corte, pero tardara en cicatrizar debido a su profundidad. Su cuello tiene varios golpes, tornando su piel a un tono rojo casi purpureo. Sus hombros tienen varios cortes, opacando las pecas que se habían formado desde su crecimiento. Kuzuryuu sabe que no es la gran cosa, él es un Yakuza y está acostumbrado a este tipo de cosas. Pero ella...no está muy feliz de los resultados.

Formas de Recordar a Peko Pekoyama. [KuzuPeko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora