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-JINNA-
Toda la semana, si, ¡Toda! Una semana sin que Kyung me hablara, comenzaba a deprimirme por su ausencia. No puedo mantener a un buen amigo ni por un mes.
Lo peor de todo es... ¡No se que hice mal!
Realmente me sentia mal muy mal, tanto que lo único que acompaña ahora en dolor de perder a mi único amigo en toda la preparatoria era la fiel televisión y un riquísimo bote de helado de chocolate de un litro.
En medio de mi soledad sentí un peso a cada lado de mi, después unos brazos rodeándome para abrazarme. Mis padres me abrazaban, me daban su apoyo y calidez.
Una lagrima cayó de mi ojo, no pude evitarlo, quería desahogarme, habían pasado tantas cosas esa semana que ya no podía mantenerlas adentro. Mi único amigo se enojo conmigo, todas las chicas del instituto me miran mal y cuando pueden me empujan por los pasillos, no puedo ver a mi Tío Hobi hasta que el rumor de noviazgo se olvide un poco, ya no puedo mas con todo esto.
-Papá, ¿Qué hice mal?-Pregunté sin dejar de llorar.
Sus brazos me apretaron aun mas, deje caer mi cabeza en el hombro de mi papi Jin mientras que sentía la cabeza de mi papi Nam recargada en mi hombro.
-Mi linda Jinna, tu no hiciste nada malo-Dijo mi papá Jin mientras a acariciaba mi cabello.
-¿Entonces por que no me habla Kyung? ¿Por que todas las chicas del instituto me odian? ¿Por que no puedo ver a mi tío Hobi?-Pregunté entre mis sollozos.
-Ese chico no te habla por idiota, esas chicas solo necesitan conocerte mi vida, para que vean lo maravillosa que eres y pronto veras a tu Tío Hobi, hoy haremos una cena con todos tus tíos-Me dijo.
Lo último fue lo que me hizo feliz, ver a todos mis Tíos me alegraba muchísimo, pero Kyung... Si, era un idiota, pero yo le quería, con él a mi lado todas las del instituto me daban igual, pero... ahora sin él de mi apoyo no se como sobreviviré en la escuela.
-No vale la pena llorar, mi linda Jinna-Dijo mi papá Nam-Estas lagrimas deben ser utilizadas para momentos especiales-Limpio mis lagrimas.
-Pero... pero... Kyung-Chille.
Ninguno de los dos dijo algo, solo me abrazaban y uno de los dos sobaba mi espalda mientras me desahogaba.
En medio de ello, el timbre se escucho.
-Yo voy-Avisó mi padre Nam.
Trate de no llorar, quienquiera que estuviera en la puerta no quería que me escuchara llorar. Escondí mi cara en el pecho de mi padre, esperando a que mi llanto se calmara un poco.
-Jinna-Llamó mi padre Nam-Hay alguien aquí que quiere verte.
Mire hacia la puerta pero solo veía la espalda de mi papá Nam.