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JINNA
Kyung y yo bromeamos todo el camino acerca de las cosas que veíamos por la ciudad, señores en traje corriendo para llegar a su trabajo, señoras con minifalda y tacones perdiendo el equilibrio, viejos peleando con jóvenes entre muchos otros tipos de personas.
Continuábamos riéndonos por todas las bromas del camino a pesar que ya habíamos llegado, pero mi risa fue interrumpida por mi padre Jin, que llego a abrazarme con si fuera muñeca de trapo.
Me pregunto cosas que eran vergonzosas, como si Kyung fuera un delincuente y no es así, por suerte mi padre Nam lo separo de mi y se lo llevo.
Gracias papi.
-¿Vamos?-Preguntó Kyung.
Asentí y camine a su lado, nos pidieron que los "pequeños" osea mi amigo y yo nos quedaramos en un sillón fuera de la sala donde iban a hablar mis padres, Bang PD-nim y la madre de Kyung.
Ambos nos sentamos lado a lado, sin decir nada, no resultaba incomodo, no había nada que decir ni tema del cual pudiéramos hablar pero al menos para mí la compañía de Kyung me mantenía relajada y de buen animo.
Recordé lo que apenas paso unas horas atrás, la ida de mi tío Hoseok. No se si en verdad fue malo que ya no lo viera, se que no hubiera podido dejarlo ir de estar con él antes de que ingresara al avión, hubiera sido un show peor que el de hace rato.
Alce la mirada y vi la imagen de mis padres junto con mis tíos, era la foto de su nuevo teaser, vestían de traje y y formados en fila, con su mirada tipo "sensual" que a mi me parecía mas bien seria. Fije mi vista en mi tío Hoseok, su cabello tintado de negro, aun lo tenia de ese color antes de irse.
Suspire.
Jamas volveré a escaparme de casa, no quiero cometer un error de esta magnitud otra vez, ya no quiero lastimar a las personas que me quieren. Ya no quiero que alejen a las personas que amo de mi lado.
Sentí algo húmedo caer en mi brazo, era una gota, mire el techo, no se veía nada húmedo, a no ser que...
-Jinna, estas llorando-Kyung lo descubrió por mí.
En su mano tenia un pañuelo y creí que me lo daría pero no lo hizo, él mismo limpio mis lagrimas, una por una con la tela entre sus manos.
-Ya no llores-Pidió después de guardar el paño en su bolsillo-No fue tu culpa, ellos viven rodeados de posibles escándalos que sirven para dañar su reputación-Se levantó-así como a mi madre.
Queria preguntarle porque decía al igual que las otras dudas que rondaban por mi cabeza sin embargo no fui capaz, no me sentía con la suficiente confianza para hacerlo.
-¿Quisieras ir por un algodón de azúcar? Venden unos muy ricos en la tienda de a lado-Me preguntó.
El cambio de tema tan repentino me lo dijo todo, no quería hablar de ello, yo no me oponía, era su vida, no tenia porque meterme.
