Me había negado firmemente cuando mi mejor amigo, Jordan, me había prácticamente suplicado ir a algún antro del centro. Supuestamente, tocaba una banda súpergenial que valía la pena ir a ver.
-No soy de ir a esos lugares -le había dicho, con voz seria y ningún gesto que vulnerabilizara mis palabras.
Y, sin embargo, ahí estaba.
Una capa de sudor me cubría el rostro, el cuello y el pecho. La blusa se me pegaba a la piel, rebelando cierta forma de mi cuerpo. Había echado la cabeza hacia atrás y me movía sobre mis pies, danzando como si no hubiera un mañana.
Jordan se reía y tiraba de mi para que siguiera sus pasos. Apenas le veía en la oscuridad, tras la nube de humo blanco y las luces estrambóticas.
-¡Evie! -exclamó sobre la música, se apegó a mí y señaló hacia el escenario-. ¡Mira, ahí suben!
-¡Ni siquiera les conozco! -me reí, sin embargo detuve las carcajadas al verle subir. Un chico alto, de cabello negro parado, ropa del mismo color y un barbijo lleno de pinchos que le hacía verse como un completo gangster. Sus ojos fuertemente delineados se fijaron un rato en mí, quitándome el aire, y luego paseó la mirada por el resto del público-. ¿Quién es ese?
-¿El rubio?
-No, no. El otro. El del barbijo.
-¡Ah! ¡J Hope! -se rió-. A que está buenísimo, ¿eh?
Mierda, sí que lo estaba. Pero más allá de ser la personificación del chico más malo de los malos, tenía un aura entre misteriosa y silenciosa que me embargó por completo los sentidos.
Sus ojos volvieron a dirigirse hacia mi, tan negros como la noche, tan fieros como una pantera y tan cargados de intensidad que tuve que sostenerme de mi amigo para no tropezar con mis propios pies. El muchacho bajó su barbijo, descubriendo una nariz pequeña y perfilada y unos labios finos, enarcados en una sonrisa ladina. Acercó el micrófono a su boca.
-¿Nugu ttaemune? ¡J Hope ttaemune!*
*Primera estrofa de Cypher P.T. 2 -Triptych "¿De quién es la culpa? ¡De J Hope es la culpa!"
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You Are My Angel [Jung Hoseok]©
FanfictionEn donde Jung Hoseok es un chico malo. -¡No! -exclamó, sosteniendo con firmeza mi muñeca. Abrí mucho los ojos, apreté los labios y me giré lentamente para ver su expresión dura y salvaje. -¿No qué? -inquirí, sonando más teme...