2- El club de los nadie

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-¡Eviiiie! -exclamó una voz de cotorra muy cerca mío.

Entreabrí los ojos y volví a cerrarlos inmediatamente cuando mi tía, Abby, abría las cortinas de mi ventana de sopetón.

-Ahh -suspiró-. Lo bueno de la llegada de la primavera son las noches cortas, ¿no? ¡Anda! ¡Levántate y lávate la cara!

Hice un mohín, pero obedecí como sobrina educada que era. Arrastré los pies hasta el baño y me lavé los dientes mientras observaba el nido que estaba echo mi cabello y mi piel macilenta. ¿Por qué tenía que verme tan horrenda por las mañanas?

-¡Ya está tu té con leche! -gritó mi tía desde la cocina-. ¡Más vale que te apures!

Me enjuagué la boca, terminé de asearme y volví a mi cuarto para elegir qué ponerme. Mientras revolvía entre el revoltijo que estaba echo mi armario, no pude no pensar en aquellos ojos negros que me habían taladrado el día anterior. Como si hubiera podido olvidar a Jung Hoseok, casi me vi sorprendida al tomar un vestido veraniego. Me quité el pijama y lo pateé a un lado para luego ponerme una blusa blanca básica y el ligero vestido azul sobre ésta. Busqué un listón del mismo color y lo até a modo de diadema. Me di un último vistazo en el espejo del baño, poniéndome un poco de labial y asegurándome a mí misma que mis renovadas ganas de vestirme meramente pasable para ir al instituto no se debía al chico nuevo.

Me apresuré a ir hacia la cocina y, antes de tomar asiento en la mesa, le di un beso en la mejilla a Abby.

-Oh, cariño. ¡Te ves tan linda hoy! -exclamó, dejando un plato de tostadas y otro de manteca en la mesa-. Come bien antes de salir, nena.

Asentí mientras le daba un apresurado trago a la taza, mitad porque ya estaba enfriándose y mitad porque, por primera vez luego del primer día de clases, quería llegar temprano.

-Come despacio -me aconsejó mi tía justo cuando me ponía a toser-. ¡Aish, Evie!

-Lo siento -me reí entre toses-. Es que estoy algo apurada.

-¿Por qué? ¿Tienes alguna actividad interesante hoy? -Abby agarró un trapo para limpiarse las manos y salió de la cocina.

-¡Algo así!

¿Algo así? ¿Por qué había dicho una cosa así? ¡No tenía ninguna cosa interesante...! Bueno, al menos no una actividad del instituto.

De repente, mi tía llegó corriendo a la cocina y apagó todas las luces. Me paré de mi asiento, alterada.

-¿¡Qué suc...!?

-¡Shhhh! -la mujer me tapó la boca con el trapo-. Hay alguien...

-¿Qué? -susurré, quitándome el trapo-. ¿Qué pasa?

-Hay alguien -señaló hacia el pasillo con un dedo tembloroso-. Hay alguien en nuestro porche.

-¿Cómo? ¿Quién?

-No lo sé, parece querer algo. Dios mío, dime que no debes dinero a nadie porque...

-Tía, no.

-Mírame -la mujer atrapó mi rostro entre sus manos y con los pulgares bajó las bolsas de mis ojos-. ¿Estás usando drogas?

Me reí y Abby pareció realmente alarmada.

-Que no, no. No estoy usando drogas ni tengo problemas con nadie de dinero. ¿Ya está? -asintió, no muy convencida-. Voy a ver quién es.

-No, espera. ¿No crees que deberíamos llamar a la policía?

-No seas paranoica, tía. Seguro no es nadie...

You Are My Angel [Jung Hoseok]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora