Noviembre había comenzado y, con ello, los exámenes finales. Nuestro curso no era muy que digamos estudioso, pero como era el nuestro último año nadie quería quedarse ninguna materia para el verano. Verano, mmh... Se sentía en la piel y en los ánimos porque, si bien a nadie le gustaba mucho estudiar arduamente para los exámenes finales, ya no costaba tanto levantarse a la mañana, ni había que usar mucha ropa incómoda, los paseos bajo el sol eran más relajantes y el aire había impregnado ese clásico olor a pino, flores y frutas que se hacía tan dulzón.
Me dedicaba noche y día a hacer mis tareas y trabajos en silencio y con la cabeza gacha, sin ninguna gana de que alguien interrumpiera esa paz que amenazaba con romperme de puro estrés. Para mi sorpresa, y sin que tuviera que decir nada, Hoseok se estaba... comportando: al principio, y luego de la fiesta de Halloween, se me acercaba a pedirme citas, que obviamente iba negando con pura paciencia, hasta que un día simplemente dejó de hacerlo. Me esperaba en la puerta de casa para ir al instituto, íbamos todo el camino en puro silencio y luego cada quien en su pupitre. A la salida, me esperaba fuera y acompañaba hasta mi casa. Ni siquiera se inmutaba. Como si estuviera haciéndome de guardaespaldas, o algo así. ¿Sinceramente? No me molestaba en absoluto. Es más, se me hacía reconfortante su presencia alta, delgada y silenciosa.
Pero no sólo ésto había cambiado, no: Hoseok ya no se juntaba con la pandilla de imbéciles. Realmente no me sorprendía mucho, pues sabía (o quería creer) que el extranjero tenía un poco más de cerebro y se había dado cuenta de lo malas personas que eran. O quizá habían tenido alguna pelea en el camino; realmente no lo sabía. Pero... me alegraba de que así fuera. Me hacía detestarlo un poco menos.
-¿Y qué vamos a ser al finalizar el curso? -inquirió Jordan una tarde, mientras nos devorábamos unos sándwiches de queso y tomate que él había preparado.
-Ya te lo he dicho antes: me tomaré un año en el que trabajaré para tener el dinero suficiente y entrar en la universidad.
-¡No, no hablo de eso! -se apresuró a replicar-. Hablo de la fiesta y eso...
-Sabes que no iré a ninguna fiesta de egresados. No con ellos.
-Lo sé; y por eso estaba preguntándote qué vamos a hacer.
Suspiré, corriendo el tomate de mi boca.
-Jordan... -comencé- no quiero que pienses que porque yo no voy, tú no debes ir.
-¿Estás bromeando? ¿Crees, de verdad, que me gustaría ir a la jodida fiesta llena de amigos hipócritas que deseo no ver nunca más? -sacudió la cabeza, llenándose la boca de migas-. No tengo ninguna gana de pasarme la noche de fin de curso en una casa llena de tontos, no gracias.
Me quedé pensando.
-Bueno... Podemos ir al cine -hice una mueca-. Están dando esa nueva película de Harry Potter que...
-¿Al cine, Evie? ¿En serio? ¿Después de lo que pasó la última vez?
-¡Tu fuiste el que creyó que era buena idea robarse las palomitas!
-¡Y tú no hiciste nada para detenerme!
-¡Claro que lo hice! ¡Y tú no quisiste escuchar!
-¡P-pero...! Uff... ¿¡Por qué sólo hay un cine en este pueblucho!? ¡Y le llaman ciudad! ¡Já! ¡Ni siquiera hay 3D!
-Cuida tus palabras, Pettws; yo nací en este pueblucho.
El aludido arrugó la nariz sin poder contraatacarme y le dio un gran mordisco a su comida.
-Pueblerinos... -bufó en voz baja.
ESTÁS LEYENDO
You Are My Angel [Jung Hoseok]©
FanfictionEn donde Jung Hoseok es un chico malo. -¡No! -exclamó, sosteniendo con firmeza mi muñeca. Abrí mucho los ojos, apreté los labios y me giré lentamente para ver su expresión dura y salvaje. -¿No qué? -inquirí, sonando más teme...