Capítulo 8

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Me desperté con los chillidos en la parte baja de la casa. Bajé apresurada y en el comedor estaban mis padres, llegaron por adelantado de su viaje.
Los chillidos eran de mi madre contándole la cultura de los lugares, sacaba bolsas y bolsas de obsequios, compras para ella, entre otras cosas.
Me vio bajar y me dió un fuerte abrazo, mi padre se acercó y beso mi frente.
Explicar cómo me sentí ante el afecto de mis padres no sabría describirlo, fue muy inusual, casi tanto como su retorno tan repentino. Realmente no quería volver a mi casa. En mi abuela tenía libertad, en mi casa no, hay mucha tensión porque presionan a mi hermana para estudiar, mi hermana no lo hace, y es una constante disputa
que no quisiera soportar.

A la tarde Luca me invitó a merendar, le dije que si.
Pasó por mí y fuimos a un nuevo lugar que abrió en el centro. Pude ver que por la vereda pasó Mariano, me vió, y siguió con su camino.

Había pasado media hora desde que estábamos allí y mi teléfono vibró. Mariano.

-Belinda, podemos hablar? Necesito a alguien.

No quería dejar a Luca pero, quería estar con Mariano.
Bueno, lo que hice fue más que obvio.

En 15 minutos estuve esperando a Mariano a unas cuadras de donde yo estaba, me subí a su camioneta y empezamos a hablar, me partió el alma escuchar que estaba mal por una chica, "Guadalupe" fue su primera novia, podría decirse que su primer amor, y "la única mina por la que sintió algo fuerte".
Todas esas palabras las dijo él, mi corazón estalló en pequeños pedacitos en aquel vehículo, él no lo notó, por supuesto que no lo notaría. Lo único que pude hacer es abrazarlo, lo abracé fuerte, lo abracé por su dolor, por mí dolor, por lo que no seríamos nunca y por todo lo malo que sabia en mi interior que se vendría por él.
Cuando el abrazo terminó me miró a los ojos,  chocamos narices y casi pude sentír su tristeza, su dolor por ella.
La historia es así, ellos fueron novios cuando tenían 14, duraron dos años y terminaron, o sea, cuando tenían 16. Y durante el último año se siguieron viendo con el propósito de volver, pero por lo visto se enteró que Mariano se veía con otras chicas (entre ellas, yo) y cortó todo. Ahora él está arrepentido por todas. "No valía la pena perderla por las otras".
Esas fueron sus palabras "otras" para él formo parte de esas "otras". Si me dolió, hasta el alma me dolió eso, pero eran las palabras de alguien dolido, de alguien que perdió lo que más quería, pude comprenderlo. Y también comprendí que lo que se dice con dolor, son pensamientos inconscientes, pero que en el fondo sentimos que es así. Yo era parte del error que provocó su tristeza, pero siendo sincera conmigo, yo sabía que no tenía la culpa porque nunca lo forcé a besarme, o a estar semidesnudos en su cama, o a nada de lo que hayamos pasado. Él ya es consciente de lo que hace y lo hizo porque es un mujeriego que no puede serle fiel ni a la chica que ama.
Auch.
Pensar eso fue autodestructivo, bueno, autodestructivo era estar en esa camioneta escuchándolo sufrir por otra chica, siendo que yo siento algo fuertísimo por él, no me voy a apresurar a decir tan rápido que ya "lo amo" porque lo conozco hace unos meses.

-¿Belinda? Perdón, debes estar aburrida de mí.-Dijo con un tono de desilusión
-¡No! Perdón, es que estoy pensando en que no deberías estar así, supongo que sí las cosas pasan es por algo y si verdaderamente es para vos, el destino los volverá a unir. Sos adolescente, y tenés que vivir libre, sin preocuparte por una persona que te exige fidelidad sin que siquiera sean algo. Si ella de verdad quisiera estar con vos ya se hubiera decidido y lo estarían ahora, por lo que tengo entendido ella es la que seguía poniendo obstáculos para su relación.
-Tienes razón, pero quizás quería ponerme a prueba y ver cómo soy.
-¿Ponerte a prueba? ¿Estás loco? Ella misma te dijo de que no estaba segura, y que era mejor que con el tiempo vean si regresaban. No puedes estar esperando a una persona que no sabe lo que quiere.

Me abrazó con fuerza, y sentí como si algo estuviera floreciendo dentro de mí. Cómo sí mis sentimientos fueran semillas y empezaran a tener sus primeros brotes. Algo se reconstruyó dentro de mi. Que blanda de mierda.

-Muchas gracias, sos muy especial para mí, Bel.
-Vos también, Mariano. Te aprecio mucho.
-Ya tomé bastante de tu tiempo, creo que te dejaré en casa.
-Está bien, vamos.

El camino fue silencioso, supongo que él venía pensando en lo que le dije y en lo que haría. Confío en que tomará mi consejo.

Bajé al frente de la casa de mi abuela, y lo despedí rápidamente, él me volvió para abrazarme y agradecerme nuevamente, besé su mejilla, lo que fue raro ya que hace un par de meses estoy besando sus labios. A pesar de no ser el beso que quería darle, pude sentir como puso firme su mejilla para que yo la besara con firmeza. Estaba completamente loca por él, y en ese momento lo confirmé.

Mi primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora