Capítulo 11

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  Hace tiempo no escribía, mucho para lo que acostumbro. Quizá pasó un mes y medio, el verano se acercaba y el clima ya lo anticipaba.
  No han pasado muchas cosas, comencé a verme más seguido con Luca. Conocí a un chico nuevo cuando salí en la bicicleta y comenzamos a hablar. Felipe, se llama, creo que tiene 16.
  Y Mariano tan estrella fugaz. Se iba y volvía de mi vida, era la misma estrella fugaz pasando por el mismo cielo, cientos de veces, una vez cada tanto. Y yo tan deslumbrada ante él cada vez que eso sucedía. Lo de mi cumpleaños fue porque estaba peleando, estuvo todo el día con ella, pelearon a la noche y me buscó. La tonta.
  El hecho de que sea tan cambiante e inestable me desespera, no sé que espero, el sigue haciéndome mal, todo el maldito año intenté que seamos algo, no novios precisamente, pero algo más que ésta extraña relación efímera de a ratos que tenemos. Ni siquiera sé si podemos ser amigos, no sé que tengo que hacer, como actuar, no sé si preguntarle qué somos, que seremos o a que queremos llegar, tampoco quiero ser una histérica porque quizá es raro. Pero de todos modos, merezco una explicación, y la tendré.
  Le mandé un mensaje, le dije que nos veamos, accedió, a penas subí a la camioneta se adelantó.

-Volví con Guadalupe. -Lo soltó, así sin más, su tono expresaba que tenía una sonrisa, yo no lo estaba mirando, no me dió tiempo para hacerlo.
Justo en ese momento sentí algo, por primera vez sentí algo, un sentimiento verdaderamente inexplicable, doloroso, no un dolor como cuando alguien te golpea, o se te cae algo en el pie, no era un dolor físico, era un dolor mental y sentimental, el corazón me latía a mil, las posibles reacciones que podría tener daban vueltas por mi cabeza, pero yo ni me inmuté, me quedé en silencio mirando la ciudad.

- No podremos vernos más, espero que no importe.- Escupió nuevamente.

  Yo no entiendo cómo se puede herir tan rápido a alguien.

-¿Importarme?- lancé una risa- Maru, nosotros no somos nada, entre nosotros no hay ni habrá nada, por favor, ¿Acaso vos sentiste algo estos últimos meses en los que estuvimos viéndonos? No seas ridículo, querido, al menos yo sé bien que somos, nos vimos, nos besamos, pasamos el rato juntos pero nada más. ¿Para vos eso fue algo más?

  Con esas palabras intenté avergonzarlo, que él crea que pensó mal, que él piense que se hizo una idea errónea y que a mí realmente no me importaba.

  Se quedó en silencio, como si analizara mis palabras aún.

-N-no... Sólo que creo que es lo correcto aclararlo, para evitar malos entendidos.- Dijo confuso
-¿Malos entendidos? Por favor no te preocupes, yo siempre entendí que no iríamos más allá. Sé feliz, a mí no me molesta, además ¿No es lo que esperabas?
-Si, creo que sí, es reciente. Tres semanas, ella me dijo que me extrañaba y todas esas cosas. Sos la primera en saberlo.
-Eso me halaga.

  Volvimos, no pasó nada. Me bajé, los despedí de lejos. Entré sin mirar atrás, esperó a que entrara y arrancó.

  Subí a mi habitación, cerré la puerta, me recosté y sentí como las lágrimas brotaban de mis ojos, esa sensación extraña y dolorosa me recorría de punta a punta, nunca me había sentido tan insuficiente, tan despreciada, me esforcé, me amolde a su forma de ser para encajar.
  Los pensamientos iban y venían, no lo entendía. ¿Cómo alguien podía pretender no generar ningún sentimiento después de haber vivido tanto? Yo sentí que éramos un buen complemento. Hace unos días me decía que ella quería cortar toda relación con él ¿Y ahora vuelven?

Mi primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora