huit

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Miércoles 24 de julio de 1957

Querida maestra, la más bella de todas, sé que lo que me sucede no es problema de usted y que tal vez no le interese. Eso lo sé a la perfección, así que antes de decirle a qué va esta, tanto tonta como patética carta, estoy en la obligación de disculparme. Por todo. Por quizás aburrirla con todo esto, por robarle tres minutos de su preciado tiempo desde hace días, y por provocar que su bonito ceño se frunza y su cerebro empiece a intentar descifrar quién es este enigmático "admirador secreto" (ridículo admirador secreto, déjeme agregar). Lo que sucede es que usted es la única que me "escucha" por decirlo de alguna manera. La única que me lee o la única que me presta atención. No estoy acostumbrado a eso; ya sabe cómo es esta sociedad mediocre que sólo se fija en la gente bonita y/o con algún talento extraordinario, no en los monstruos buenos para nada como yo. Así que deje de leerme ahora mismo, se lo pido.

¿No lo hará?

¿Está segura?

Entonces estaré eternamente agradecido.

Tengo problemas, maestra Juliette. Muy graves problemas. Antes de conocerla a usted, mi vida giraba en torno al odio. Odio hacia mis padres, compañeros, la gente que me mira o que me habla únicamente para burlarse de mí y de mis grandes defectos. No me describiré, si eso es lo que usted cree. Discúlpeme una vez más, pero no le daré el gusto de descubrir quién soy; solo imagine a un monstruo tanto dentro como por fuera. Un ser horripilante que no podría ver durante más de tres segundos a la cara sin sentir asco. Así soy yo. He sido maldecido por el demonio y olvidado por Dios. ¿En quién creer si no es en usted?

El propósito de esta carta es decirle que estoy cansado de mi vida, de las personas, de la sociedad..., de todo, menos de usted, mi pequeña estrella brillante de ojos hazel.

Busco desahogarme, nada más. Así que, por enésima vez, discúlpeme si se siente utilizada. Siempre hago todo mal. Nací por error, y todo lo que hice, hago y siga haciendo, continuará siendo erróneo. Incluso el hecho de escribirle todo esto y aburrirla con mis palabras.

Perdón, maestra Juliette.

Perdón por lo que hice, lo que hago y lo que vaya a hacer.

Sinceramente,

Su enigmático amante embelesado

Cartas a la maestra más bellaWhere stories live. Discover now