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Martes 16 de julio de 1957

Hoy, querida maestra Juliette, ha lucido más hermosa que nunca. Llevaba puesto los anteojos que solo usa cuando lee. ¿Qué leía estando sentada en su escritorio? Espero que no haya sido algún otro alumno que esté encaprichado con su belleza, aunque no me sorprendería.

¿Sabe? He notado que ha visto a todo mundo con más detenimiento. Probablemente por la carta que le envié ayer... ¿Estoy en lo cierto? Lastimosamente, no podré ayudarla a resolver su misterio. Yo soy un misterio, señorita Juliette, y soy un misterio que nunca se podrá resolver. No pretenda que le daré pistas sobre mi físico, mi nombre o algo que me identifique. Si fuese así, probablemente moriría.

Para finalizar con esta carta, debo decirle que usted y su gran hermosura son lo que me hace sonreír... aunque mi sonrisa no sea agradable para el ojo humano y usted nunca vaya a verla.

Y es que no me ha visto todavía.

¿No?

Sinceramente,

Su enigmático amante embelesado.

Cartas a la maestra más bellaWhere stories live. Discover now