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Martes 30 de julio de 1957

Querida maestra, sé que le comenté que no me gustan las canciones actuales, pero tengo que confesar que he caído en la tentación de escuchar una canción completa mientras venía camino a la escuela. Sonaba en la radio, cerca de una ferretería de por aquí.

Y, dándome cuenta del significado de ésta, se me hizo imposible no imaginarla a usted cantándola. Sería el más feliz del mundo si me concede el deseo; de seguro la ha escuchado. Es de Johnny Mathis y, según me comentó el hombre de la ferretería, está siendo muy popular en Estados Unidos, ¿cómo lo ve?

Por favor, imagine lo emocionado que estuve, con los ojos cerrados y sintiendo que estaba sobre las nubes, oliendo el delicioso aroma de su cuerpo y escuchando su dulce voz entonándola.

La letra se quedará grabada en mi cabeza por siempre, y espero que en la suya igual. Solo espero algún día poder cantársela al oído mientras bailamos, cuerpo a cuerpo, bajo la luz de la luna y las heladas gotas de la lluvia. ¡Pero no se preocupe! Que quien será capaz de abrigarla para que no pase frío, seré yo.

Me preguntas cuánto te necesito

¿Tengo que explicártelo?

Te necesito, oh mi amor,

Como las rosas necesitan la lluvia

Me preguntas cuánto tiempo te amaré

Te diré la verdad

Hasta el fin de los tiempos

Te seguiré amando

Abrázame

Nunca me dejes ir

Abrázame

Derrite mi corazón como la nieve de abril

Te amaré hasta que las campanillas dejen de florecer

Te amaré hasta que el trébol haya perdido su aroma

Te amaré hasta que los poetas se queden sin rima

Oh, hasta el fin de los tiempos

Y eso es mucho, mucho tiempo

Hasta el fin de los tiempos

Y eso es mucho, mucho tiempo

Siempre estará en mi corazón, querida maestra...

Sinceramente,

Su enigmático amante embelesado.

Cartas a la maestra más bellaWhere stories live. Discover now