Cartas a la maestra más bella

trois

Miércoles 17 de julio de 1957

Es la tercera carta que le hago llegar. En realidad, no comprendo cómo es que tuve el gran atrevimiento de comenzar a dejarle cartas a escondidas en su maletín, ya que jamás en mi vida me hubiera visto capaz de hacer algo así. Lo he pensado durante las últimas horas, sentado en mi pupitre, y quiero creer que es porque no me conoce; no sabe quién soy y por lo tanto, no podría avergonzarme.

¿Sabe lo que significa, no?

Quisiera saber algo, preciosa maestra: ¿Le agrada o le molesta que le escriba desde lo más profundo de mi corazón? Respetaré su decisión, solo necesito saberlo. Tiene que hacer una señal, por favor. Si está de acuerdo con que le siga enviando estas cartas, escriba la palabra "sí" en la esquina derecha del pizarrón apenas ingrese el día de mañana al salón de clases; en cambio, si no está de acuerdo, por favor escriba "no" en el mismo lugar. Espero no estar sonando atosigante ahora mismo.

Sea la que sea su elección, usted es la más bella de todas, maestra Juliette. No lo olvide nunca.

Sinceramente,

Su enigmático amante embelesado.